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TODOS LOS SEGUNDO IZQUIERDA DE LA CALLE CONCEPCIÓN

TODOS LOS SEGUNDO IZQUIERDA DE LA CALLE CONCEPCIÓN

Todos los Segundo izquierda se parecen pero no son iguales. El aspecto exterior es similar. Una puerta de madera dentro de un marco barnizado, sin embargo tras la mirilla pueden esconderse mundos diversos, casi antagónicos. Llevaba años queriendo visitar el taller de Óscar Sanmartín. Sabía por Tausiet que se encontraba en la Calle Concepción, prácticamente puerta con puerta de la que fue su casa. Conocía el rellano por varias conversacionees. Sabía que en la puerta de la ex casa de Tausiet había un rótulo pegado que decía "Mounstruos no", en cierto modo es como los graffitti apotropaicos de la Pompeya prevesubiana, pero en vez de ahuyentar malos epirítus mantiene alejados a los vendedores de enciclopedias, agentes de Círculo de Lectores y testigos de Jehová que van vendiendo la salvación eterna los domingos a la hora del vermú.

Hace dos semanas tuve la oportunidad de visitar el taller de Óscar Sanmartín. Un compañero de trabajo es amigo suyo. Concertó una visita a las nueve de la noche, que es una hora estupenda para ver arte. Los faros de los coches se alejaban entre la niebla y se respiraba el ambiente cargado de humedadlegamos a la calle Concepción. Usamos el portero automático. La voz de una señora de mediana edad pregunto quiénes éramos. Mi compañero de trabajo contesto que clientes, "clientes, clientes, llegan los clientes". Subimos en ascensor. Nos abrió la puerta una señora en bata de andar por casa de tono pastel con rulos en la cabeza. Evidentemente no era Óscar Sanmartín, ni vendía dioramas. Nos explicó que en el tercero vivía un Óscar pero era muy joven para ser artista. Nos habíamos equivocado. Éstábamos en un edificio equivocado. Salimos y pulsamos el portero automático del portal contiguo. La voz de un adolescente nos hizo intuir que también habíamos fallado esta vez. Nos quedaba un intento. Nos desplazamos a un tercer edificio. El zumbido del interfono le resultaba familiar. No hubo respuesta. Utilizamos la solución del siglo XXI, que no es otra que el móvil. Era esa casa, pero había bajado un momento al bar de la esquina a tomar un café.

P.D. Qué bueno es Óscar Sanmartín. es una delicia escuchar la expliación de sus obras. La imagen corresponde a Houdini efectuando uno de sus números de escapismo. Entre las múltiples explicaciones de Óscar Sanmartín destacaba la un diorama en el que aparecen sus cásicos carros con imágenes retocadas del barroco. Había sustituido el rostro de Cristo por el de Houdini en su aparición al incrédulo de Santo Tomás. El cambio se basa en la leyenda popular que analiza los intentos de Houdini por ponerse en contacto con su mujer una vez muerto.

5 comentarios

Almalé -

No recuerdo cómo llegué hasta tu bitácora pero ha sido una grata sorpresa encontrarla.

Seguiré visitandola más a menudo...

jcuartero -

grazie mile

Lonia -

Ejem ejem... de nada

jcuartero -

Si que es pequeño, si. Lo de los seis grados de separación en Zaragoza se quedan en tres y medio

david -

Joder, Jesús haber saludado a Oscar de mi parte, es un viejo y querido amigo de la familia. Que pequeño es este mundo copón