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VELOCIDADES

VELOCIDADES
El mes de Febrero pasa a una velocidad de vértigo. Ando enfrascado en un par de proyectos que absorben casi toda mi concentración. Mi vida virtual se limita a comprobar que el Spam sigue siendo Spam y a comprobar mis pobres resultados en una liga cibernética de la NBA. Cuando comencé la temporada me di cuenta que coincidía en muchos jugadores con Spike Lee, me temo que este año el director neoyorquino se arrastrará en la liga.
El lunes pasado asistí a mi primera clase de preparación al parto, era el único chico. La matrona se estaba afónica, nos puso unos vídeos sobre lactancia materna. Una de las parturienteas se mareó de la impresión, acabó tumbada en una camilla y abanicándose con propaganda de aceites para recién nacido Jhonson´s. Se debió impresionar con las imágenes de grietas.
El sábado nos llegó una factura equivocada del gas de 557 Euros, más que en Zaragoza parecía que habíamos estado viviendo en Novosibirsk, la capital de Siberia. Los de Endesa son unos listos. Hace dos meses vinieron a casa a tomar la medición del contador un día que no estábamos. Mi vagancia natural fue la causa de que no les llamará para comunicarles el consumo. Hicieron una estimación de la calefacción que habíamos empleado y se pasaron tres pueblos, tanto que ni siquiera cubría el gasto del recibo siguiente. El programa informático que calcula los recibos no sabe interpretar los datos de medición; solución, cobrar mil metros cúbicos más de gas. Con lo que hemos pagado a Endesa podríamos haber convertido nuestra casa en una sauna. La velocidad en las saunas es más acelerada
Le hice una foto a un afilador en el Paseo Teruel, me hizo pensar en las especies en extinción. ¿Quedarán más linces o afiladores con su armónica? Un señor estaba afilando un juego de cuchillos y otro recogía su navaja bajo la atenta mirada de los indigentes que duermen en uno de los cajeros de La Caixa. La velocidad de los afiladores es de otro tiempo

3 comentarios

Leticia -

Hola, he llegado aquí buscando sobre un hombre que va por zaragoza andando con su vieja bicicleta con cesta a cuestas. Se para como una hora delante de edificios tocando un sonido muy característico con su armónica, y como esperando que salga gente a la ventana o baje. No entiendo porqué. Lo llevo oyendo toda mi vida bajo la ventana d casa d mis padres, pero es que ahora me he cambiado de casa, a la otra punta de zaragoza y sigue viniendo de vez en cuando. Sabéis algo de esto? He leido, en vuestro artículo, que los afiladores antiguamente hacian esto, puede ser? Tengo mucha curiosidad. Agradecería que me contestarais: lety@snowmania.es Mil gracias, un saludo!

jcuartero -

Pasó todo a cámara rápida. La próxima vez prometo llegar antes. Buen fin de semana también para vosotros

Sara -

Pues nada... a vivir sin preocuparse por pagar gas hasta el infinito y más allá.

Para velocidades las de saludarnos anoche, pero me alegré mucho.

Buen día y finde.