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ANTÍPODAS NEGRAS. FIN DE TRAYECTO DE JOHN GARCÍA

ANTÍPODAS NEGRAS. FIN DE TRAYECTO DE JOHN GARCÍA

Nunca he visitado la Semana Negra, ni siquiera he estado en Gijón, por el contrario si que he comido pastel de cabracho en Oviedo y le he cogido la mano de bronce a la estatua de Ana Ozores, Silvia estuvo viviendo un año en Oviedo mientras preparaba el MIR. Silvia no ha leído  La Regenta, pero si estuvo en la Semana Negra compartiendo la calle con los aficionados a investigar crímenes sin resolver.

La semana ha estado teñida de cierto halo policiaco. Chesús Yuste habla de crear una Sociedad Camilierista. Sergio del Molino recorre los escenarios del Halcón Maltés (Sam Spade es mi investigador privado favorito) y yo al ir a coger un libro a la estantería tiré sin querer un volumen de  Harry Stephen Keeler, un autor que me recomendó, en la última feria del Libro Antiguo, uno de los únicos tres miembros españoles de la Harry Stephen Keeler Society.

Mi pequeño homenaje al género es la enmarañada historia de John García. Me encontré con este pintoresco personaje real, que vivió en Australia a mediados del siglo XIX, buscando información detectivesca ambientada en Zaragoza. 

Oceanía está muy lejos. Si el mundo fuese una línea de Metro sería la última parada. Una de esas estaciones en las que la gente llega dormida y con los trajes arrugados por haberse sentado mal. Cuando estoy aburrido en un vagón de Metro intento imaginarme qué personas viajarán hasta el último andén. Uno de los hombres que llegó hasta el final del trayecto fue John García. Las únicas referencias que quedan de este sujeto se pueden encontrar en el boletín policial de la provincia de Victoria. Una escueta nota da a conocer la fuga de John García, mientras estaba confinado en una cantera de trabajos forzados. Se proporciona su descripción física, Su altura, su complexión, de que forma tenía la barbilla. Se detalla la cicatriz que tenía en su pierna y otros aspectos variados; pero el dato que nos importa es que John García asegura haber nacido en Zaragoza. Las autoridades locales recelan de su procedencia. Piensan que se trata de un camelo para esconder la personalidad de un condenado a siete años de prisión y que realmente se trata de un inglés de Kent.

No sé la razón pero creo que la policía se equivoca. La edad que tiene García es 27 años. Con los datos que maneja la policía se trataría de un jovencito llegado a Australia con 15 años par cumplir condena por siete años. Uno de esos niños de la calle, amigos de lo ajeno que aparecen en Oliver Twist. Un virtuoso del carterismo infantil reclutado por un malvado como Fagin. Me extraña que uno de los ladronzuelos de la Inglaterra dickensniana se  inventase un alter ego zaragozano. Además sabía leer y escribir, todo ello muy alejado del universo de los golfos apandadores.

En cualquier caso tendríamos a un fugitivo zaragozano (o no), perseguido por sus crímenes y por los que no había cometido. Viviría huyendo tras las pesquisas policiales en una tierra de frontera donde el dinero fácil y la corrupción harían más estragos que las elevadas temperaturas del desierto interior.

Hay veces que la última parada no es donde terminan las vías.

#La imagen corresponde a un uniforme de preso australiano, cuando John García cumplía condena. No me extraña que se quisiese escapar

4 comentarios

jcuartero -

Querida sin acritud prometo leerme esos manuales de pediatría tan gordos que tenemos en el pasillo, aunque también preferiría ver la película

Sin acritud -

sobra lo de que no he leído la regenta. Lo empecé pero no lo terminé. Además he visto la película. Cuando viví en Oviedo me leí 30 libros de medicina que tú tampoco has leído. Cuando tú te los leas me leeré yo la regenta ¿vale?

jcuartero -

no lo sé. No lleva dorsal en la espalda

ag -

tenía que ser de aquí. El uniforme se parece al traje avispa del Zaragoza