IMPRESIONES DEL PUENTE
Trabajar la segunda parte del puente no es tan malo. Disfrutas del Puen y madrugas el Te. La mañana zaragozana te despeja con el frío que se clava en la cara. La calafacción de las calles se ha ido de vacaciones. El buen tiempo es como los osos que hiberna unos cuantos meses.
El miércoles estuve en Ezcaray. Silvia alquiló un apartamento muy acogedor, pese a estar decorado en Ikea. Lo más sorprendente es que en la mesilla de la habitación tenían el libro de poesía de Armando Buscarini. Una etiqueta en la cubierta explicaba que los poemas sólo se podían leer en el interior del apartamento. Gran trabajo el de los hermanos Marín que han recopilado el trabajo del poeta maldito que acabó sus días recluido en varios sanatorios mentales. En el listado de nombres que figura en las últimas páginas del libro me llamó la atención Álvaro Retana, hijo de un Gobernador de Huesca y presunto introductor del Jazz en España. Tendré que investigar sobre él.
Visitando el Monasterio cisterciense de Cañas descubrí una reliquia más para añadir a mi colección. Las herraduras del caballo blanco de Santiago, de Santiago Matamoros. Ya verás cuando se enteren los cacos que se llevaron las cabezas de atrezzo de la ópera Idomeneo.
La vuelta a Zaragoza fue de lo más cosmopolita. la ciudad estaba repleta de actores y directores del festival de Jóvenes Realizadores a los que vimos en el estreno de Berna y París del Teatro Principal. ¡cómo baila! La precisa velocidad de sus pies impactó a los que llenábamos la platea.
Para glamouroso mi ex-peluquero que se ha traido a Sara Montiel a pasasr el fin de semana a su casa para que conozca a su madre que la idolatraba desde sus actuaciones en Hollywood.
La gala de clausura de Jóvenes Realizadores estuvo bien, pero me di cuenta que si no te premian pierde interés. Eso sí, por la noche puedes salir sin estar pendiente de que te roben la estatuilla del hombre con una cámara por brazo; y lo que es peor que se rompa por la fragilidad de materiales con la que está hecha. Hace dos años la mía llegó rota a casa.
El moment más divertido del Puente fue cuando un amigo me comento que varios lunes pasa con el coche por la localidad alavesa de Elciego y contempla el edificio que Frank Gehry ha diseñado para las bodegas de Marqués de Riscal.
-Chico, a mí el guggenheim me gusta. La grandiosidad del edificio sobre la ría tiene su gracia, pero lo del hotelito me recuerda a la canción del Koala-.
Le respondí que no caía de lo que me estaba hablando, entonces me recitó. -Tengo las maeras, y tengo dos tablones. La chapa, der tejao, la he sacao d'unos bidones... Pues eso, las placas de Titanio son los bidones del Koala.- Igual tiene razón, pero por el momento no me gastaré los 1200€, que cuesta la noche, para salir de dudas.
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Chorche -