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MI ESTRENO DE LA INTERMODAL

MI ESTRENO DE LA INTERMODAL

Trastoqué mis planes habituales de uso y disfrute de los regionales- express de Renfe para probar en carne mortal las nuevas instalaciones del Estación Intermodal de Zaragoza. El viaje fue un continuo traqueteo salpicado de camiones que ralentizaban el paso tristón del autobús de pasajeros. Me pasé todo el viaje mirando las matrículas de los coches que nos adelantaban e intentando descifrar la dedicatoria de "En el remolino" de J.A Labordeta que el propio cantautor había plasmado en la segunda hoja del ejemplar que encargué en Portadores de sueños. La primera impresión que se tiene al entrar por carretera en la nueva estación es que ha sido bombardeada o que se ha descubierto un nuevo arrabal de época almohade. Parece casi inimaginable que entre las obras de los accesos serpentée una carreterita que conduzca a las dársenas deshabitas. Las dársenas parecen una macrodiscoteca un lunes por la tarde. Las pocas empresas que se han trasladado de momento a la estación tienen un volumen de trayectos propios a las de las grandes compañías de Groenlandia. Un autobús con cuatro pasajeros en medio de una superficie gigantesca con los techos tan altos como el K2 en una tarde de invierno. Al descender al andén una muchacha vestida como las azafatas del Corte Inglés hacía un croquis verbal indicando el camino que se debía tomar para salir al exterior. Primero a la derecha, luego a la izquierda. Después una pequeña rampa y luego cruzar la puerta. Las indicaciones me permitieron salir a un lateral de la Estación, pero sólo era útil si se quería coger una lanzadera. Si se optaba por salir andando, la cosa se complicaba. Los accesos peatonales estaban sin acabar. Así que a jugarse la integridad física y a desplazarse por la vía reservada para las lanzaderas. Cuánto me gustaría que se pudiese venir a Zaragoza en globo

#La imagen corresponde a un autobús holandés de una época en la que las estciones eran tan confortables como nuestra Intermodal

6 comentarios

Sr. Lobo -

Por su puesto que tiene carencias, pero si esperamos a que lo dejen todo perfecto seguro que antes inventan el teletransporte :D
Y lo de Juan Pablo Bonet...Los pobres inmigrates que llegaban alli debían pensar que aun seguían en el tercer mundo.

jcuartero -

Desde luego Sr Lobo. La intermodal es lo menos que se podía exigir por parte de los usuarios de los transportes públicos. Había diligencias en Oklahoma que tenían repostajes más dignos que la estación de Juan Pablo Bonet, o las que iban a las Cinco Villas.
Con el tiempo mejorará pero a día de hoy tiene todavía muchísimas carencias

Sr. Lobo -

El salvaje oeste es lo que hay (o habia) en las estaciones de autobuses de Zaragoza. Prefiero mil veces el kaos de la intermodal que los otros kaos.

jcuartero -

qué razón tienen los dos. El western y los globos, peero sobre todo la falta de tiempo

Fernando -

no sé pero yo te he visto en76 pasos y parecías el J. Whayne conduciendo el ganado en Rio Bravo...un abrazo...poco te queda!

jio -

jajajajaaa... yo me apunto en globo a cualquier lado y que me ahorre andar 76 pasos :D