RECUERDOS DEL HUEVO
El deporte de élite es malo y el aficionado lo es más. Todavía ando renqueante de un esguince baloncestístico que me hice el lunes de la semana pasada. Se me habían olvidado las vendas tobilleras y las pomadas antinflamatorias. A los treintañeros el síndrome de Peter Pan nos hace realizar sobresfuerzos para los que no estamos preparados. Queremos demostrarle a otros treintañeros que somos más ágiles y cogemos mejor los rebotes que ellos. Esta semana reflexionando sobre ello me he enterado que Peter Pan murió a los 63 años arrojándose al Metro de Londres. Peter Llewelyn-Davies, el niño que inspiró a J. M. Barrie el personaje que lideraba los niños perdidos, se suicido en la estación de Sloane Square abrumado por el personaje que nunca había sido. Una de las consecuencias de que me duela el tobillo con los cambios del tiempo, es que ando menos y leo más. He estado echando un vistazo a los libros que me compré en el rastrillo Aragón. Destacan dos.
El primero es una separata comercial de 1922 que explica una obra en nueve volúmenes de Sven Hedin, uno de los mayores aventureros del S XX. Explorador sueco que cartografió el Tibet y descubrió las fuentes del río Brahmaputra( desde que conocí a Richard F Burton admiró a los descubridores de los nacimientos de los ríos). Aparecen mapas desplegables que dan la impresión de que se vayan a romper y un par de litografías del propio Hedin
El segundo es un ejercio de nostalgia. La conquista de los recuerdos que supuso el Mundobasket 86. No me acordaba casi nada del campeonato del mundo que organizó España en el verano de 1986. Yo estaba de campamentos en San Pedro de Siresa y mi alimento favorito era el pástel de Mármol de Tía Mildred. Tenía una camiseta Nike con la Estatua de Libertad, que sujetaba una zapatillas en vez de la antorcha, y me creía el Rey del Mambo. No recordaba que la inuguración del Mundial tuvo lugar en Zaragoza. En el Huevo, el pabellón que nos derribarán cualquier otoño sin que nos haya dado tiempo a protestar. La ceremonia inaugural contó con Alfredo Krauss cantando la jota de la Dolores y un montón de joteros haciendo de la suyas. Qué lejano que se ve todo, sólo faltaban los tunos.
Si en veinte años olvidamos un Mundial ¿Quién se acordará de nosotros? Los recuerdos más antiguos que tengo del Huevo son Kevin Maguee y el primer concierto al que asistí. Se trataba de la gira de Escuela de calor de Radio Futura. Tenía miedo y apenas me movía de mi sitio.
La imagen corresponde a la página del libro de la Federación española de Baloncesto en la que se analiza la ceremonia inugural edl Mundobasket
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