CONAN DOYLE Y EL REAL ZARAGOZA
Hace pocos días me enteré de la existencia de una narración de Conan Doyle que se desarrollaba en Zaragoza. Así que el lunes por la tarde me hice con un ejemplar de las Aventuras del Brigadier Gerard. Uno que es un mitómano y hace todo lo posible por visitar el 221B de Baker Street cada vez que visita Londres, es una maravilla comprobar como hay gente de lugares recónditos que continúa mandando cartas a Sherlock Holmes. La historia que se cuenta tiene lugar en el segundo Sitio de Zaragoza.Se trata de un brigadier de los Húsares de Coflans que se interna en la ciudad y es capaz él solito de entregar cierzópolis al ejército napoleónico. La prosa decimonónica de Doyle contiene las virtudes y los defectos de toda su obra, se encuentra distante de los gustos estilísticos contemporáneos y los arquetipos maniqueos de la época victoriana han sido superados; pero rezuma ese carácter aventurero en que cada movimiento supone un peligro y por otra parte resultan historias bastante entretenidas. En mi caso el gran problema de este relato es que los zaragozanos somos los malos, más malos que los demonios. Curiosamente esta semana coincidiendo con el partido de vuelta de las semifinales de la copa del rey, observando los artículos de los diarios de ámbito nacional he tenido la misma sensación que leyendo a Conan Doyle, al final no sabía si el mariscal Lannes iba a jugar de titular junto a Zidane para realizar la gran proeza o si el resultado del primer Sitio de Zaragoza fue de seis a uno, con cuatro de Agustina de Aragón.
2 comentarios
jcuartero -
Anónimo -