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EL EGIPTÓLOGO FIEL

EL EGIPTÓLOGO FIEL  

Hace un mes, a principios de febrero, el mundo de la arqueología nos deparó una noticia impactante. La universidad de Memphis había descubierto una tumba intacta, no profanada, en el Valle de los Reyes. A escasos metros de la tumba de Tutamkhamon, escondida entre las dunas, se hallaba el complejo funerario Kv30. La importancia del hallazgo radicaba por una parte en el valor arqueológico propiamente dicho y por otra por su relación con Howard Carter. Desde 1922, fecha en la que la expedición financiada por Lord Carnavon entró en los anales de la historia sacando a la luz el cadáver momificado de un faraón adolescente, tal como se había previsto en el enrevesado mundo ritual egipcio de varios milenios atrás. Desde aquel mes de noviembre se han necesitado cerca de 84 años para encontrar otra tumba de semejantes características.

La noticia hizo que me acordase de una conferencia a la que asistí en la Universidad de Zaragoza. El ponente era un egiptólogo amateur de Huesca, Joaquín Lizana Salafranca, que pasaba por ser el mayor coleccionista de escarabeos del Estado. Un escarabeo es cada una de esos pequeños amuletos con forma de escarabajo, que atravesaron las fronteras del país del Nilo para pulular a lo largo y ancho del Mediterráneo durante toda la antigüedad. Lizana, que es familiar directo de uno de nuestros artistas contemporáneos de mayor proyección internacional, nos habló de su colección y del Imperio Medio Egipcio; pero sobre todo nos contó dos historias fascinantes que bien podrían ser argumentos de relatos de Stevenson. Una de ellas tiene que ver con Howard Carter y la dejaré para el final. La otra está relacionada con el sarcófago de Micerinos. El sarcófago de Micerinos era transportado por un barco inglés camino de las islas británicas, para engrosar los fondos de algún museo imponente. Una tormenta le alcanzó en su singladura a la altura de Cartagena, hundiendo el navío y su preciada carga. Lizana aseguró que sabía el emplazamiento exacto del pecio sumergido, pero que tenía que esperar a que los derechos de la aseguradora Lloyd´s expirasen sobre el contenido de lo que llevaba en sus bodegas. Años después salía en el País Semanal contando una historia similar.

La segunda anécdota está relacionada con Carter, aunque no la he podido autentificar al cien por cien. Según Lizana, Carter vino a Zaragoza a dar unas charlas en la Universidad después de haber acudido a Madrid invitado por la Residencia de Estudiantes. Tras la conferencia, Carter donó el juego de diapositivas con las que ilustró la amena descripción del hallazgo de la tumba de Tutamkhamon. El conjunto de imágenes se encuentra hoy perdido, pero Lizana nos dijo que si alguna vez las encontrábamos no dudásemos en llamarle, que el nos la compraría a buen precio. Investigando, he podido comprobar que, en efecto, Carter estuvo en Madrid dos años después del hallazgo del valle de los reyes, en concreto entre el 24 y el 26 de noviembre de 1924; y posteriormente el 22 de mayo de 1928. Sin embargo en los boletines de la Sociedad española de Egiptología no queda constancia de su paso por Zaragoza. Las diapositivas quizá se perdieran en el traslado de la vieja Facultad de Filosofía y Letras, que se encontraba en “La Madalena”, o quizá se las quedase algún catedrático, o algún becario que soñaba con encontrar una mastaba a orillas del Nilo.

El asunto de las imágenes originales ejerce, sobre mí, un poder atractivo muy grande. Cada vez que veo unas placas antiguas las miro al trasluz, intentando vislumbrar el sarcófago y los vasos canopos de un Faraón o a Lord Carnavon aplastando un mosquito, que le acaba de picar, contra su cuello. No hace mucho escribí un relato de un padre y un hijo que buscan el legado de Carter, domingo tras domingo, en el rastro de la plaza de toros.

Joaquín Lizana es el Lastanosa de nuestros días. Su labor romántica nos reconforta a todos aquellos que de pequeños quisimos ser Indiana Jones, y que por supuesto no lo logramos


5 comentarios

jose ramon cuesta gonzalez -

Joaquin,compañero de estudios en la Sagrada Familia de Zaragoza, intento contactar contigo. He estado 4 años en El Cairo y tengo bastantes anecdotas

jose r cuesta gonzalez -

joaquin, no se si estoy equivocado, pero creo que eres compañero de estudios de la Sagrada Familia, y vivías en el Pase Pamplona de Zaragoza. Ya he conseguido hablar con otro compañero, Jose Antonio Garcia Garnica, farmaceutico en Logroño, y con Jose Valero Lorao, de Alagón. El motivo de mi e-mail es que por motivos de trabajo estuve en paises arabes, principalmente en Egipto, durante cuatro años, aprendi el idioma y me encantó la egiptologia. Si lo tienes a bien podemos continuar si realmente eres la persona que conocí. Lo último que recuerdo es que me enseñaste algunas monedas en tu casa, que menciono. Fué durante el último curso de bachillerato y terminamos en el Instituto Goya. Un saludo.

tausiet -

no entiendo nada de lo de los boletos

jcuartero -

Me fue imposible entrar. Había más gente que aquel día que regalaron pollos en la calle Bélgica por el tema de las dioxinas

Anónimo -

¿qué tal por la exposición de faraón?