BOLERO EN EL GRAN HOTEL
Jean Echenoz es un escritor aséptico. Su aparente neutralidad magnetiza. Las portadas sobrias de sus ediciones francesas tienen la elegancia de lo que no se pasará de moda.Su falsa simplicidad no es otra cosa que un ejercicio bien ejecutado de depuración estilísica. La última novela de Echenoz, Ravel, recrea el declive del músico nacido en San Juan de Luz. En la narración aparece el Gran Hotel de Zaragoza. Su estancia en la calle Costa es uno de los pocos momentos, en la novela, en los que Ravel parece estar disfrutando de lo que hace. Se mira los dedos de los pies mientras se apoya en la barandilla de la terraza. Pocos días después será consciente de su declive. Tiene que ser duro que los demás te consideren un genio, al mismo tiempo que tú sepas que todo ha perdido el rumbo lógico. La rutina deja de funcionar como una máquina bien engrasada, pero la gente aplaude como si fuese un emperador romano el día de su triunfo.
#La foto corresponde a la fachada del Gran Hotel
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