COMETAS Y EL PRESIDENTE DE ANDORRA
No estaba invitado a la inauguración de la Expo, como el 98% de la gente que conozco, así que me perdí el acto institucional que daba comienzo a la muestra. El Ebro con su crecida quiso hacer partícipes a los zaragozanos de la Gran Fiesta del Agua. Todos los que quisimos contemplar los fuegos artificiales pudimos hacerlo desde los nuevos terrenos ganados al vacío, al vasto territorio desconocido de las afueras de la ciudad. Cuando estudiaba Geografía en la Universidad se encontraba muy en boga la Geografía de la Percepción de Kevin Lynch, que se interesaba más en la geografía interiorizada por los habitantes de una ciudad que por los mapas a escala. Lo importante es el mapa mental que tenemos en la cabeza y no los metros que separan dos hitos urbanísticos.
Esa misma tarde paseando por la puerta del Hotel Meliá (aunque para todos es el hotel corona, habría que inventar una Toponimia de la Percepción) los coches oficiales ocupaban las aceras destinadas al aparcamiento temporal en Cesaraugusto. Unos señores fumaban junto a las jardineras de la entrada, estaban comentando que el coche oscuro era el del presidente de Andorra. Cuando era pequeño fuimos a Andorra a compar un radio-cassette nuevo para un opel Senator. Intenté asomarme por la ventanilla para ver como era el radio-cassette, pero las lunas tintadas me dejaron con las ganas.
Por la noche mientras Monserrat Martí interpretaba el himno de la Expo nos apresurábamos a comernos unas tapas en un bar del Paseo Calanda. Yo metía prisa al personal para ver los fuegos en el entorno dela Estación Delicias -Come y Bebe-. No sabía que los reyes habían retrasado el programa de la inauguración. Llegamos a las once y cinco a una explanada en construcción, que todavía lucía las cintas de plástico que advierten que está prohibido pasar. El tiempo fluía lento y la temperatura descendía. Marina se puso a refunfuñar, a una niña de mes y medio le dan igual los fuegos artificiales, los Reyes de España, el Presidente de Andorra y Fluvi, bueno Fluvi no tanto que tiene dos chupetes de la mascota. Comenzaba a hacer frío de verdad. Vi una estructura de cristal que parecía una parada de autobús cerrada o la estructura de un bar- terraza a medio construir. Nos saltamos otra cinta de prohibido el paso y nos refugiamos en su interior. La escena me recordó al Portal y la estrella de Belén, que no era otra cosa que un cometa. Minutos más tarde se acercó hasta nosotros un guardia de seguridad ecuatoriano o quizá peruano, que al vernos con una niña pequeña nos permitió quedarnos en el interior acristalado. Las estrellas de Berthonneau iluminaban el cielo. Marina las miraba, con ojos como platos, sin enterarse de lo que estaba viendo y yo pensaba que música escucharía el Presidente de Andorra cuando volviese en el coche hacia su hotel
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En el artículo del New York Times sobre la Expo definen botijo como Spanish terracotta drinking bottle
#La estupenda foto es de Javier Burbano
11 comentarios
RAFAEL -
Isabel -
Lo del botijo, genial!
jcuartero -
Lonia -
jcuartero -
En los Ecodagesas vendían Clicks de Famobyl
SantIP -
¿se habrá jubilado ya?
Cervantes -
patricia esteban erles -
jcuartero -
Santi, a mí me pasa algo parecido con los mediados de los ochenta. El manco que ha tenido un hilo conductor entre los de nuestra generación fue el examinador de tráfico, que por ciertome suspendió el día que el Zaragoza jugaba la primera final de Copa del Rey contra el Celta
SantIP -
La toponimia de la percepción,... para algunos Zaragoza se nos ancló a finales de los setenta.
No puedo pasear por mi antiguo barrio sin recordar el tropicuarium, y Kit's en Don Juan de Aragón, o la lotería del manco, la panadería Sevilla, a Servando el carnicero, bodegas Palafox,... ya hablaremos usted y yo un día de eso.
Javier -