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CARAMELOS

CARAMELOS

 

Hace unos años me tocaba mucho las narices la celebración de Halloween y demás modas importadas del otro lado del Atlántico. Incluso hice boicot durante un año a las películas norteamericanas, lo que supuso contar con los dedos de una mano las veces que fui al cine, además de tragarme varios filmes de Kiewslovsky. Hoy le haría boicot a Kiewslovsky. Me gusta la etimología de la palabra boicot. Se debe al apellido del terrateniente ingles Boycott, que como la mayoría de los terratenientes del S. XIX abusaba de sus dominios. Los granjeros que trabajaban para Boycott se plantaron ante sus condiciones de alquiler y suspendieron todo tipo de actividad económica con él, inmortalizando sin saberlo el apellido del militar inglés.

Volviendo a Halloween, ahora que resido en un municipio de 25000 habitantes viví  en carne mortal  mi primera experiencia del "truco o trato". Ya por la tarde había visto en las calles, que comenzaban a humedecerse por la lluvia que iba a inundar el fin de semana, varias brujas de metro veinte y un par de vampiros de siete años. Preparando la cena sonó el timbre, pensé que serían unos vecinos con vocación de carteros que nos recogen el correo, pero se trataba de tres crías maquilladas con polvos de talco y narices de plástico llenas de verrugas que buscaban caramelos. No somos grandes consumidores de caramelos, tuve que darles unas pastillas para la tos de miel y limón, por lo menos estaban ricas y les habrán venido bien para el frío.

Al día siguiente, bajo la lluvia, camino  uno de los tres puntos de venta del Heraldo de Aragón me fijé en un tipo con pinta de carnicero islámico y su mujer que vestía con un nikab, un pañuelo negro que se parece un burka, pero que sólo cubre hasta la cintura. Esa disfraz da más miedo que los monstruos de Halloween.

·la imagen corresponde al envoltorio de 1932 de unos caramelos norteamericanos

4 comentarios

jcuartero -

Ya me gustaría que mi exilio tuviese lugar en NY, estoy en Calahorra (Calahorra, La Rioja, no te vayas a pensar que es Calahorra, Nueva Jersey). En NY intenté encontrar el Heraldo, pero como supondrás es imposible. Busqué por los alrededores de la calle 12 que es el epicentro de la "little Spain", quedan muy poquitos reductos de los emigrantes peninsulares de los años treinta, de lo poco que se conserva es un bar donde la colonia española va a ver los partidos de fútbol emitidos por las compañías de cable mexicanas y argentinas. Se llama La Nacional y es lo más parecido a un rancio casino pueblo de los cincuenta. así que el tema heraldo en la gran manzana es imposible, pero se publica un periódico en español, "el barrio"

Nuria -

¿Pero a qué ciudad te refieres?... yo me había imaginado que estabas en New York... estos cuatro sitios son en ¿dónde?

jcuartero -

En verdad son cuatro si tenemos en cuenta la Cafetería del Hospital, pero hace poca ilusión leer entre batas y fonendoscopios.
Los otros tres son A)una papelería que se encuentra a los pies del edificio que quedó semidestruido con el último atentado de ETA, resulta curioso que el resto de comercios tuviesen daños materiales que les obligó a cerrar una temporada. Quizá los artículos de opinión de Fatás sean como un amuleto apotropaico, o quizá no.
B) Una tiendita que compartía local con la oficina local de SEUR
C)Donde lo compro yo, un quiosco prefabricado en medio del paseo principal. Está junto a un puesto de castañas asadas, de esas que ahuman las revistas. La mujer que lo lleva, en cuanto me ve, coge uno de los tres Heraldos que le llegan y lo apunta en una hoja de control de ventas

Zaragozando -

¿Cuales son los tres puntos de venta del Heraldo? un besico desde zaragoza!!!