EL DÍA QUE LE DIMOS LA BRASA A JOSÉ LUIS TRASOBARES.
Quedé con Tausiet a tomar una caña y acabamos en la entrega de premios de la AIPEP (Asociación Independiente de Periodistas Escritores y Profesionales en nuevas tecnólogias de la comunicación). A la entrada te entregaban un par (quizá un guiño de la organización) de posters iguales. Se trataba de un fotomontaje la batalla del Puig pintada por Marzal de Sas ,en el que Biel le atarvesaba el ojo a Gaspar con una adarga antigua. La gala tenía el acento rancio de las coplas nocturnas, de los espectáculos de un café cantante lleno de humo. Un aroma surrealista recorría el evento, como el premio al mejor aficionado taurino, o poder encontarse con transformistas maduritos, que se maquillaban con profesionalidad, en el cuarto de baño. Cantautores dominicanos, que hacían versiones de canciones casi olvidadas y magos de gran tonelaje que conseguían que la noche avanzase, y con ella los botellines de ámbar y el vino fresco de la casa. A una hora incierta, comenzó el baile de jamones, quesos y longanizas. Tras habernos nutrido bastante,Tausiet y yo nos decidimos a felicitar a José Luis Trasobares, que había recibido el premio a mejor articulista de opinión. Nos sentamos en su mesa y le contamos cosas muy interesantes. Nos presentamos como prototipo de esos lectores que siempre había deseado conocer. Un poco más tarde fui a pedir otra botella de vino y coincidí con Trasobares que quería una Export, qué menos que invitarle después de la chapa que le habíamos metido. La fiesta continuaba con los chicos del JaJa festival y sus camisetas de vacas charolesas. Cuando nos terminábamos el vino, vimos una rondalla jotera, ese era el momento propicio para escapar del local.
La noche acabó con los socios de producciones Nanuk que nos comentaban sus últimos proyectos en Uruguay y el Congo. Son buenos estos Nanuk
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Pedro -
tausiet -