CINES Y ZEPPELINES
Este fin de semana hemos tenido dos jornadas más de rodaje. Yo no he podido estar todo lo involucrado que me hubiera gustado. La organización de mi casamiento me marca el tiempo libre en los días de fiesta, así que la producción (Jesús Obón, Julio Ferrer, Alberto Casabona y Juan Anillo) estaba cansada y estresada ante lo que se avecinaba el sábado y el domingo. Yo sólo pude asistir el sábado, día en el que se rodaba el despegue del Zeppelin en la AGM (Academia General Militar). Se reproducía una grada llena de público, en un aeródromo alemán de los años treinta, que contemplaba el espectáculo de ver alzarse por los cielos a un gigante de lona y helio. Se contaba con unos cuarenta figurantes vestidos de época. Disfrazarse es siempre divertido aunque sea con una temperatura cercana a los veintiocho grados, bajo la tiranía del sol de mediodía. El chico que interpretaba a un piloto con cazadora de cuero, pañuelo de aviador, gorro con orejeras y botas forradas de borreguillo estaba al borde de la deshidratación, menos mal que las botellas de agua que compré junto a Juan Anillo en un supermercado chino le refrescaban cada cuarto de hora. Escenas parecidas se vivieron ayer en el día del libro los editores, libreros y escritores que participaban en el Día del Libro se estaban muriendo de calor, sobretodo a los que le tocaba estar en las aceras en las que daba el sol. La gente de la cultura suele vestir de negro, no es lo mismo que un piloto de Zeppelines completamente equipado pero también concentra los rayos de sol que da gusto. El único percance que tuvimos con el vestuario fue el un niño y su padre caracterizados con el traje típico bávaro, el niño se tropezó y se hizo mucho daño en el brazo. Pensábamos que se lo había roto y tuvieron que irse a urgencias de pediatría con sus trajes regionales alemanes. Menos mal que su padre no iba de soldado alemán del III Reich, qué vergüenza hubiera pasado.
La escena en la que aparece el Zeppelin se introduce con un croma de trece metros, así que nosotros debíamos mirar a un punto imaginario, mover unas banderitas y poner cara de espectación y alegría; con lo bien que nos lo estábamos pasando era muy fácil. Alberto, que estaba a mi lado en las gradas, hacía fotos con una cámara de fuelle que parecía un reportero del Blanco y Negro de la época. Las chicas de uniforme se metían en su papel, parecían alemanas de verdad. Las que iban de civil estaban estupendas y los niños pequeñajos unas auténticas estrellas, Ada y Andrés Campo tienen futuro en el cine.
Yo tuve que hacer doblete interpretativo. A última hora de la mañana tuve que hacer de muerto, pero no de un muerto cualquiera. Tuve que hacer de cadáver de Calvo Sotelo. ahora sé lo que sienten los actores asesinados en CSI.
#La imagen corresponde al Graf Zeppelin sobre la Ciudadela del Cairo
4 comentarios
jcuartero -
m ; ) -
¡Canódromo en Ranillas YA!
jcuartero -
Meritorio indignado -