SARDINAS DE OTRO COSTAL
EL cierzo se ha vuelto a llevar otro pedazo de la historia sentimental zaragoza. La semana pasada Julián, el propietario de La flor de la Sierra, traspasó la mítica taberna de la calle san Valero.El dato en sí no creo que sea demasiado aclaratorio, pero si se explica que la flor la sierra es la taberna que inundaba de olor a sardinas los alrededores de la seo, la cosa cambia. La memoria colectiva de Zaragoza rebautizó el bar como "el sardinas" o el injustificado "el marrano". El aroma de las sardinas a la plancha, que "la Mari" preparaba con una receta secreta que espero haya sido transmitida a los nuevos dueños, es como la madalena de Proust. Hace cinco años el local sufrió una reforma que varió su esencia. Desapareció su estufa catalítica que calentaba exclusivamente un par de mesas y su baño de película de terror. Se arrancó el cartel que prohibía cantar. Se remodeló la barra que sirvió de escenario para la portada del disco "La última ronda" de Más Birras. Pero siguió teniendo el carácter de Julián, una sonrisa y unas olivas para acompañar los botellines de quinto de ámbar, pese a que el cartel del exterior anunciaba las desaparecidas cervezas el león. Los nuevos dueños, que también son majos, han instalado grifos; pero ya les hemos hecho saber que continuaremos bebiendo botellines por respeto a Julián y a la Historia del Casco viejo. Nada de cañas, nada de vasos. Larga vida a la secta edl botellín.
#La fotografía es el bodegón típico de la Flor de la Sierra, sólo falta la ración de morcillas y longanizas
6 comentarios
Toni -
Me apunto a esa ronda!!! (a ver si me pega algo bueno -o malo- de vosotros, que falta me hace)
Besicos
m ; ) -
jcuartero -
Chorche -
El señor de las placas -
Diría además que la Calle de San Valero de Zaragoza tiene un dudoso honor digno de aparecer en un blog como jcuartero. Es sabido que San Valero, el obispo tartamudo más famoso a este lado de los pirineos, vivió entre el siglo III y IV de nuestra era. El tipo se escaqueó de alguna manera de la persecución de los cristianos que a principios del siglo IV hizo que en Zaragoza escabechasen a Engracia y sus amigotes, marchándose con su intérprete el Diácono Vicente a Valencia. En Valencia de nuevo le dieron al pobre Vicente las del pulpo, al parecer por no querer recalificar una antigua necrópolis para construir una zona residencial, y de nuevo Valero se fue de rositas, para morir pocos años más tarde (315) cerca de Barbastro. Vicente, que era un tipo con visión de futuro y probablemente antepasado del mismisimo Nozaleda, lo enterró debajo de unas vides de uva Merlot y le construyó una iglesia junto a Enate.
El caso es que, en uno de los primeros casos de traslados oscuros del patrimonio, San Valero fue declarado patrón de Zaragoza en el siglo XII.
Pues volviendo a la calle del "sardinas" resulta que en la placa dedicada al Patrón, reza "Calle de San Valero, Obispo y patrón de Zaragoza, s. II" Así que si San Valero nació en el siglo II y murió en 315 es el tartamudo más longevo de la historia (no está tan claro entre los obispos).
Pero no sólo eso. En Término de Zaragoza se conoce al menos otra calle dedicada a San Valero, en el barrio de Casetas. Alguien pensará que igual en esta se corregía el error. Pues en la casetera se lee "Calle de San Valero, obispo y Patrón de Zaragoza, s. XIII" O sea que San Valero pudo haber vivido mil años por todo el morro, o es que más bien en vez de un obispo de Zaragoza era un apuesto trovador que corregía su defecto en la dicción recitando los grandes éxitos de Guillermo el Trovador, o cantando "Pongamos que hablo de Complutum".
Asi que algo sucede con las Calles dedicadas a San Valero. Será la maldición que persigue al patrón. Tengan cuidado la próxima vez que pasen por una de ellas, porque puede que les cambien su jersey de ochos por una camiseta brillante de Dolce y Gabanna, o puede que se les aparezca San Vicente y les ofrezca un apartamento en la playa como el mismisimo Camacho...
Jesús, que visión...
tausiet -