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TEXAS METAL

TEXAS METAL

Los amantes del bacalao están de enhorabuena. Una cocinera portuguesa ha cogido el antiguo bar “La Encina”. Las salchichas del país han dejado paso a la cocina lusa casera. Las últimas decisiones sobre el corto de los Zeppelines se han tomado en el comedor todavía en obras de este establecimiento que se llamará Condado Portugalense. Quedo allí con J. Obón y Juan Anillo, me comentan que las imágenes del interior del dirigible que se desarrollan en la cafetería del Graf Zeppelín quieren ir a rodarlas al Museo del Zeppelín en Fiedrichhaffen. A Fiedrichhaffen llega Ryanair en avión, pero no en dirigible. La empresa heredera de los Zepellines mantiene vuelos turísticos, con suerte puede verse una mastodóntica superficie alargada reflejada sobre la superficie acristalada del lago Constanza. Las tapas de Bacalao me impiden ir a comer a casa. No me da tiempo de volver a trabajar. Una solución de urgencia eN tomarme algo más. Acabo en el Texas que todavía tiene colgado de sus paredes el artículo que le dedicó Carlos Herrera en el suplemento dominical del grupo Vocento. Me hace gracia encontrarme el Texas lleno de Heavys. El negro invade las calles estrechas de lo que queda del Tubo. Una procesión de pelos largos y muñequeras de tachuelas va buscando bocadillos y cerveza como preámbulo del Monsters of Rock. Unos heavys de Cáceres comen boquerones y un bocadillo de longaniza. Otros de Sevilla me tratan de Usted y me piden que les haga una foto. Enciendo la cámara digital y se esfuerzan por poner cara de niños malos, al mismo tiempo que sus dedos se transforman en los dedos iniciáticos del metal. Hablo con otros de Almería. Han estado conduciendo doce horas por la carretera nocturna. A las cuatro de la mañana se puede ir con las largas todo el tiempo que se quiera. Uno de ellos me habla de fútbol y me enseña su carné de socio del Almería que costaba doscientos euros y que al año que viene va a duplicar su precio. Pago mi consumición. Dejo un poquito de propina y el dueño del Texas hace sonar un conjunto de cencerros en señal de agradecimiento. A los heavys les hace gracia y lo comparan con los acordes de un grupo que no había oído en mi vida. Cruzo la puerta y los chicos de Almería me despiden con cuernos como si fuese uno de ellos. Llevar una camiseta negra es como llevar una navaja multiusos del textil.

#La imagen  tomada en 1930 corresponde a una fábrica del Metal rusa

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