EL GUANTE DE TERCIOPELO
Los pseudónimos son como un guante de terciopelo, tienen un tacto suave pero nunca llegan a ser tan cálidos como la yema de los dedos. Hugh Stowell Scott (1862-1903) era un miembro del despacho Henry Scott & Sons. Desempeñaba un trabajo administrativo con un encanto limitado que complementaba suscribiendo seguros de barcos en Lloyd´s. Le quedaban pocas horas diarías para escapar de su rutina burocrática. El tiempo que disponía lo dedicaba a escribir bajo el pseudónimo de Henry Seton Merriman. Sus novelas están repletas de esas aventuras y pasiones que no vivió en primera persona. Hoy en día es un autor olvidado como lo barcos hundidos que aseguró desde su mesa de nogal. Su firma no ha podido soportar el paso de los años y sus libros carentes de derechos de autor aparecen desprotegidos en los catálogos digitales. Una de sus novelas está situada en Zaragoza The velvet glove, el guante de terciopelo. Se trata de una historia ambientada en las conjuras carlistas a orillas del Ebro. Unos jesuitas que controlan un convento de monjas en Torrero idean un plan para hacerse con un botín de tres millones de pesetas para instaurar en el trono a Don Carlos. Aparecen los tópicos decimonónicos del héroe romántico cuya familia posee un palacio renacentista y del malvado notario, Evasio Mon, al servicio del clero. La geografía de la ciudad es ficticia, parece un laberinto de calles estrechas casi mágicas que resplandecen bajo las estrellas brillantes por el efecto de un cierzo purificador. Merriman vistió las casas y las iglesias de Zaragoza con su guante de terciopelo de tacto suave, pero proporcionaban menos calor que el original.
3 comentarios
jcuartero -
Joaquín -
ruiz zafón -