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MIRA QUE ME LO ADVIRTIERON

MIRA QUE ME LO ADVIRTIERON

Ayer por la noche me advirtieron que no comiese olivas negras, que producen pesadillas. No hice caso y he pasado toda la madrugada dando vueltas por la cama. No se trataba de un sueño terrorífico, pero si que era una historia angustiosa llena de personajes que pululaban en espacios inconexos. En cierto modo se parecía a un guión coral de Robert Altman con el hilo conductor de la búsqueda de una película desaparecida. El IMDB me encargaba que encontrase una película de Benito Perojo titulada Clarita y Peladilla van al football de 1916, que es la primera película española de temática futbolística. Peladilla es una copia burda de Charlot, viste con su bombín y su traje deteriorado. Me he pegado toda la noche buscando una copia, yendo de fiestas de pueblo en fiestas de pueblo. Ya me imaginaba que no era el lugar adecuado para encontrarlo
No pienso comer más olivas negras después de las once

LA CENA DE LOS GORDOS

LA CENA DE LOS GORDOS

La semana pasada Silvia estuvo varios días en un congreso sobre obesidad.El VIII Congreso Nacional de la Sociedad Española para el estudio de la Obesidad. A los asistentes se les regalaba una litografía de Pepe Cerdá. Ya estoy buscando ubicación en alguna de mis paredes. También le regalaron un podómetro que no debo utilizar de manera correcta. Me dice que de casa al trabajo ando cuatro kilómetros, lo que supondría una caminata de diéciseis kilómetros diarios. Con lo que está creciendo Zaragoza puede que algún día si que tenga esa distancia. El crecimiento urbanístico de la ciudad me recuerda a Alaska. Alaska tiene una población de 650 mil habitantes, más o menos como Zaragoza, y una extensión de un millón setecientos mil kilómetros. Las nuevas zonas deshabitadas, sin continuidad con lo edificado y con una temperatura más baja que Zaragoza histórica me hacen pensar en la "alaskización". Las calles se muestran vacías, ficticias como si fuesen de cartón piedra, pero no por ello son peores.

El congreso de obesidad, como todos los congresos acababa con una cena de clausura denominada "cena de gala". Tuvo lugar en el Cachirulo, como era de gala costaba diferenciar a los asistentes al congreso de los invitados a una boda que se celebraba en uno de los salones superiores. Pensaba que en un congreso en el que se aborda el tema de la salud y el peso me iba a quedar con hambre, pero ocurrió todo lo contrario. Sacaron cuatro platos y postre doble. Por supuesto el ternasco fue el colofón pantagruélico del banquete con médicos y dietistas, que entre bocado y bocado me explicaban con todo luo de detalles una ponencia que había causado furor. La ponencia de una inglesa que se dedicaba a concienciar al personal de los efectos nocivos de la gordura. Iba de pub en pub convenciendo a los maestros bebedores de pintas. Iba de bar de carretera en bar de carretra, refugio de camioneros, midiéndoles la cintura y dándoles buenos consejos. Incluso había puesto un stand en una convención de Harley Davidson para convertir en personas sanas a los Ángeles del Infierno. Durante los días que duró el congreso realizó un estudio en la Plaza España frente a la escultura de Agustín Querol, pero no le había dado tiempo a procesar los datos.

Me lo pasé bien en el Cachirulo. Ya le he dicho a Silvia que se apunte al próximo congreso de problemas de hígado

#La foto corresponde al motivo que Pepé Cerdá pintó con motivo del Congreso

´Fe de erratas. Donde acabo de decir motivo, digo que pintó para el VIII Congreso de la SEEDO

EL ENTIERRO DE LA SARDINA

EL ENTIERRO DE LA SARDINA

El comienzo de la semana ha sido un poco triste. Se ha muerto Julián, el antiguo propietario de La flor de la Sierra. El nombre de la Flor de la Sierra deja indiferente a casi todo el mundo. Se trata de la taberna de la calle San Valero más conocida como el sardinas o el marrano. Julián hace un año que traspasó el negocio. se encontraba flojo de salud, pero acudía a desayunar todos los días al Horreo con su periódico y sus madalenas compradas en la panadería de la plaza Santo Marta. Cuando le preguntabas qué tal iba su enfermedad bromeaba y contestaba que mala hierba nunca muere. Dominaba como nadie el saber popular. Últimamente bromeaba menos. Han sido muchos años de ir a tomar una cerveza con Julián despúes del trabajo. Un día hicimos el cálculo de los botellines de quinto de Ámbar que nos bebíamos al año. Unos botellines que apenas sufrieron el IPC comenzaron costándonos ciento cincuenta pesetas y acabaron costándonos un euro. Julián nos deja muy buenos recuerdos, una tarde nos contó que el Rey cuando era joven y estudiaba en la Academia General Militar acudía con sus conquistas a unos reservados que tenía en la parte de arriba del Bar, unos reservados que nunca llegué a conocer. También recuerdo como pedía a su mujer, "la Mari", que pusiese sobre la plancha media docena o una docena de sardinas. Me gustaba como trataba a la gente de Usted, no a nosotros que éramos de la parroquia habitual. Me hacía mucha gracia cuando se refería a alguien que no era muy mayor como "oiga, joven, sus sardinas". También recuerdo que cada vez que me veía entrar por la puerta decía "hombre, el enamorao". Todavía desconozco porque me lo decía daba igual que estuviese contento, cabreado, cansado o gesticulante. Yo era para él el enamorado. 
El mejor homenaje que podemos hacerle es seguir yendo cada tarde, cuando se pone el sol, a tomarnos nuestros botellines y recordarlo tras la barra con su camisa blanca remangada y sus tirantes. Eso es lo que llevamos haciendo toda la semana. Ayer estaba sentado en una mesa Ian Gibson comiendo uno de sus platos de tomate. Desconozco si estaba realizando su particular homenaje a Julián, pero seguro que no era la primera vez que pasaba por allí.
Muchas fiestas acaban con el entierro de la sardina. Nosotros continuaremos, pero con un poquito menos de inocencia. 

LA FIRMA DE PAUL AUSTER

LA FIRMA DE PAUL AUSTER

Aprovechando la debilidad del dólar he comprado por internet dos primeras ediciones americanas de Paul Auster firmadas por el propio autor. A la firma  de  Auster le ha pasado lo mismo que asu prosa, ha perdido identidad y frescura. Tengo en mi casa la prueba física de que los años no pasan en balde para nadie en esta vida. La firma del Leviathan en negroes más elegante y llena de confianza. Su "t" parece desafiar a los lectores. El autógrafo de Travels in the scriptorium es tan emarañado como su novela. Quizá se pueda leer un libro  tan sólo con la dedicatoria.

EL CATEDRÁTICO QUE DORMÍA EN UNA CARAVANA

EL CATEDRÁTICO QUE DORMÍA EN UNA CARAVANA

Nadie optimiza tan bien el espacio de los restaurantes como los franceses. La cacapacidad de acumular sillas y mesas en superficies reducidas es todo un arte que parece desafiar las leyes de la logística. Al principio me disgustaba este horror vacui, lo consideraba una invasión de la intimidad. Me molestaba el ruido de las cucharas soperas, las risas subidas de tono o los comentarios sobre los postres. Sin embargo he aprendido a valorar el encanto de las distancias cortas con desconocidos, sobre todo si son buenos conversadores. Me pasó en Nueva York donde comiendo en el Pastis conocí al productor de las películas de Parchís y me ha vuelto a pasar esta semana en París.

Julio Ferrer es la persona que conozco que mejor se desenvuelve por París. Pocos días antes de marcharme me dio unas recomendaciones gastronómicas, entre ellas se encontraba el Chartier. Un restaurante cercano a los grandes bulevares proyectados por Haussmann y que guardan el ambiente del París de los años treinta. El salón estaba lleno a rebosar como aparece en una escena de Largo domingo de Noviazgo. El despliegue de mesas domina toda la superficie del restaurante, todos los recovecos aprovechables. Además las mesas son de cuatro comensales con lo que nos sentaron a Silvia y a mí con una pareja que rondaba los cincuenta, a la que saludamos en francés y les deseamos una buena comida. Nos pusimos a lo nuestro, a decidir qué comer y qué beber. La pareja nos escuchó hablar en español y nos preguntó con acento estadounidense de dónde éramos. Comenzó una conversación fluida entre los cuatro. Resultó ser un matrimonio encantador que vivía al norte del Estado de California. Ambos trabajaban en el mundo del derecho ambiental, sobre todo en temas de agua. Ella era abogada de una ONG y él era Catedrático de Derecho de la Universidad del Pacífico. Hablaban español perfectamente, casi mejor que nosotros, habían estado viviendo un año en Oaxaca. Eran una pareja atípica, vivían en la parte montañosa de California, Nos enseñaron unas fotos, almacenadas en la memoria de una PDA, en las que la nieve cubría la entrada de su casa, de su casa principal. Cuando se habla de California uno se imagina playas vigiladas y chicas rubias patinando con protectores. Él daba sus clases a trescientos y pico kilómetros,en Sacramento ,y durante su período lectivo vivía en una caravana. No me imagino a ningún catedrático de Derecho de la Universidad de Zaragoza durmiendo en una caravana estacionada en un jardín, con la exigüidad de una casa rodante en la que no deben caber ni tres tomos del Aranzadi . Me gustaba la forma que tenían de ver la vida. Se empeñaron en invitarnos a comer. Aceptamos con la condición de devolverles la invitación otra noche. Quedamos con ellos dos días más tarde bajo la Noria de la Place Concorde, nos recordaba vagamente a Tu y yo (An affair to remenber) , así que miramos al cruzar.

Decidimos ir a comer Soufflés. No hay demasiados restaurantes que lo incluyan en su carta. Es un plato decadente que tiene el encanto de lo que se pasó de moda. Un soufflé es como las estatuas de los regímenes derrocados, se vienen abajo con poco esfuerzo. Si más americanos fuesen como ellos y más catedráticos de aquí viviesen en caravanas, nos reiríamos más y comeríamos más soufflés

#La imagen corresponde a un cuadro de pintado por Paul Lauritz en 1920, que se parece mucho a la vista que tenían desde su casa en California

VON BRAUN Y LOS LUGARES IMPOSIBLES

VON BRAUN Y LOS LUGARES IMPOSIBLES

Me gusta la carpa de Valdespartera. Los lugares en medio de la nada tienen un componente poético que supera los esfuerzos necesarios de llegar hasta ellos. Me gusta Tobuctú. Me gusta un espacio que linda con el cierzo frío y la tierra de secano, sólo salpicado por un lago artificial que parece el espejismo de un osasis prefabricado. Los lugares imposibles que desafían la lógica adquieren un encanto que se escape a las mentes calculadoras. Me gusta Klaus Kinski con un traje de lino blanco intentando construiruna Ópera en medio de la selva amazónica. Cuando Silvia y Yo vimos el traje expuesto en una vitrina del Museo del Cine de Frankfurt nos dimos cuentas que Fitzcarraldo media muy poco, quizá no hubiese podido montarse en alguna de las atracciones de las Ferias. El Barco del Missisipi del Parque de Atracciones me recuerda al barco de Fitzcarraldo. Hay quien dice que la vida es una montaña rusa, quizá por eso en Zaragoza estén tan cerca el Cementerio y el Parque de Atracciones.
Me gusta la carpa de Valdespartera. Los lugares en medio de la nada tienen un componente poético que supera los esfuerzos necesarios de llegar hasta ellos. Para acceder al recinto ferial hay que coger el V1  y el V2 que son los nombres de los misiles que ideó  Von Braun para sus V1 "Vergeltungswaffe-1" (arma de represalia número 1) y  V2 "Vergeltungswaffe-2" (arma de represalia número 2) . Quizá los conductores de TUZSA piensen que son unos nombres muy adecuados para los servicios mínimos de su huelga. El V2 inspiró a Herge  en el cohete que utiliza Tintin para llegar a la Luna. Von Braun comenzó su andadura con los malosos del III Reich y acabó nacionalizándose americano y trabajando para la NASA.
La ciudad de las estrellas al noreste de Moscú (Звездный Городок, Zvyosdny Gorodok) es otro lugar imposible que no tiene feria. ni carpas. Puede que tenga montaña rusa, pero esa es otra historia
 
PD. Me voy a París unos días 
 
#La imagen corresponde al barco de la película Fitzcarraldo, dirigida por Werner Herzog e interpretada por el pequeño gran Klaus Kinski 

UN PAPA COCAINÓMANO, UN CURA DE PAMPLONA Y LA ETIMOLOGÍA DE LA SIESTA

UN PAPA COCAINÓMANO, UN CURA DE PAMPLONA Y LA ETIMOLOGÍA DE LA SIESTA

Estos últimos días han estado inbuidos de varios aspectos eclesiásticos que me han mantenido entretenido más tiempo del que esperaba. Hace un par de semanas que leí El quinto en discordia de Robertson Davies, en la novela hay un personaje fascinante que es un jesuita navarro llamado Ignacio Blazón. Me recuerda muchísimo a Settembrini de la Montaña Mágica. Me sorprende que haya un personaje de Pamplona en una de las mejores novelas canadienses del S. XX. Al terminar el libro me hice miembro de un foro de discusión de literatura canadiense, pero no mencionan a  Robertson Davies. A veces uno se sorprende de las simpatías que generan ciertos personajes,a mí que ni siquiera me caía bien Don Camilo. Será que me hago mayor

En otro libro que ando leyendo, La Historia del Mundo en seis tragos de Tom Standage, se analizan las diferentes civilizaciones a través de la bebida que las identifica. Para la sociedad contemporánea y la hegemonía estadounidense se utiliza la Coca-Cola. El creador de la chispa de la vida John Pemberton no hizo más que añadir cola al Vin Mariani. El vin Mariani no era otra cosa que un vino francés en el que se habían macerado hojas de coca durante seis meses. Tuvo un gran éxito comercial por dos razones, el elevado contenido de cocaína, 6 gramos por onza, y el Marketing que impulsó su creador  el corso Angelo Mariani. Mariani empleó el apoyo explícito de varios personajes públicos, entre ellos el Papa León XIII que incluso aparecía en la etiqueta comercial del Vin Mariani. No me imagino a Ratzinger posando para Trinaté.

Por último, descubro tras quedarme dormido después de comer que la etimología de la palabra siesta proviene de la Regla de San Benito que mandaba descansar a la hora Sexta (entre las doce del mediodía y las tres de la tarde) después de haber pasado por el refectorio. Lo mejor que ha hecho la iglesia por la humanidad.

#La imagen corresponde a la campaña publicitaria de León XIII para el Vin Mariani

LO QUE PUEDE CAMBIAR LA VIDA EN TRES SEGUNDOS

El lunes por la tarde quedé con unos amigos para jugar al baloncesto en el Centro Deportivo Municipal La Granja. Alquilamos las pistas exteriores, nunca hemos sido unos aristócratas de pabellón. Somos los únicos que debemos alquilarlas. Hay una sola cancha y siempre la hemos tenido libre. Se puede decir que es como si fuese nuestra. Incluso hace un año protestamos por la falta de protecciones en los pies de la canasta. Llegaron a forrarla de una lona protectora que sirvió de poco. Cada vez acudimos un menos número de jugadores, no por falta de ganas, sino por lesiones. Queremos demostrarnos que no estamos tan mayores como aparentamos, luego pasa lo que pasa, y eso que calentamos. Tras acabar uno de los peores partidos que hemos jugado en mucho tiempo, se puede jugar mal sin necesidad de utilizar el rombo, nos tomamos unas cervezas. Somos de la vieja escuela, de la que no cree en los efectos beneficiosos del Aqyuarius. Hablamos de la final de las Olimpiadas de Munich en 1972. Ninguno de nosotros había nacido, Yo tenía menos tres años, pero la considerábamos como el final y la final más espectacular de la Historia del Baloncesto.

Lo políticamente correcto especifica que el deporte y la política no deberían juntarse nunca y quizá sea así, pero cuando se mezclan es fascinante. A quién no le hubiese gistado jugar en el equipo de los aliados en Evasión o victoria . Un ejemplo que es todavía más cinematográfico que la película de John Huston es la final de Baloncesto de Munich 72, aunque este es real. Relataría lo ocurrido pero mejor voy a reproducir las palabras de Edwin Kako Vázquez que tiene un fascinate blog titulado El Historiador deportivo.

Munich 72 será siempre bien recordada por el escándalo que se escenificó en la gran final de baloncesto entre los Estados Unidos y la Unión Soviética. Era una sorpresa que los soviéticos dominaran el marcador durante todo el encuentro, por 6 puntos en la primera parte (21-26) y por 8 cuando faltaban más de 6 minutos para terminar el encuentro. Uffff, entonces vino la reacción de los estadounidenses que pusieron en la delantera por primera vez en el marcador faltando 3 segundos de juego. Doug Collins interceptó un pase del gigante Aleksandar Belov y recibió falta de Sakandelidze colando los dos tantos para irse Estados Unidos (50-49).

Los soviéticos pusieron el balón en juego, pero éste se detuvo dos segundos después, hay que recordar que sólo quedaba ya un segundo y a instancias del dirigente de la URSS Vladimir Kondrashin, quien reclamaba que había solicitado un tiempo muerto tras el primer tiro libre de Collins y no después del segundo, que fue cuando sonó la bocina, cuando ya no podía hacerlo.

Tanto los árbitros, el brasileño Righetto y el búlgaro Arabadjan, como el comisario de mesa, el francés Chopard, eran de opinión de que sólo debía jugarse un segundo. Efectivamente, sacaron los soviéticos, se perdió el balón fuera de la banda y los estadounidenses, al oir la bocina que ellos creían que era la del final del partido cuando en realidad estaba advirtiendo que el juego se había detenido, empezaron a celebrar su nueva conquista de la medalla de oro. Pero estaban en un error, un error histórico.

El británico William R. Jones que era secretario general de la FIBA, donde mandaba con brazo de hierro, acudió hasta la mesa para intervenir personalmente y ordenar la repetición de los tres últimos segundos. Mientras Hank Iba, dirigente estadounidense y todos los jugadores seguían convencidos de que la victoria era suya por que los soviéticos no tenían tiempo de modificar el marcador.

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Kondrashin trajo a juego a Iván Edeshko, gran pasador, con la consigna de que al reanudarse el partido lanzara un pase largo hacia su compañero Aleksandar Belov, que se situó a unos cuantos metros de la canasta americana. Edeshko sacó fuerte el balón directamente a Belov, quien tuvo tiempo de recibir la pelota en el aire, picarla en el piso y, tras eludir el intento defensivo de los únicos jugadores estadounidenses que intentaron reaccionar, Forbes y Joyce, la dejó cómodamente en el aro.

Era el 50 y 51 que sellaba la primera derrota olímpica del baloncesto estadounidense. Los americanos preeentaron una protesta oficial y para colmo de males, a Hank Iba le robaron 370 dólares del bolsillo mientras la firmaba. El partido había comenzado a las doce menos cuarto de la noche para que los Estados Unidos pudieran ver el juego por sus televisores.

El comité de apelación rechazó la protesta estadounidense y dijo que el resultado era válido. De los cinco componentes votaron a favor de Estados Unidos, un italiano, un puertorriqueño, en contra, un polaco, un cubano y el presidente del comité hungaro Sepp. El hecho de que los tres votos que dieron por buena la victoria soviética fueran los otros tantos ciudadanos del bloque comunista contribuyó exacerbar los entimientos nacionales tanto de los aficionados como de los miembros del equipo de Estados Unidos.

Para colomo los integrantes del combinado estadounidense decidieron no presentarse a la ceremonia de entrega de medallas y no recoger la de plata que les correspondía. También amenazaron con no volver a jugar un torneo olímpico, cosa que no se ha cumplido y sus medallas de plata se encuentran en una caja fuerte de un banco de Lausana esperando que pasen a recogerla

 

EL INDIGENTE QUE ODIABA A BISBAL

EL INDIGENTE QUE ODIABA A BISBAL

El sábado por la noche pasaba con unos amigos por la Plaza San Pedro Nolasco. Comenzaba a refrescar. Unos monitores del programa de actividaes nocturnas para jóvenes "12 Lunas" habían montado un karaoke itinerante como alternativa al botellón satanizado por el Heraldo. Ningún adolescente estaba demostrando sus cualidades musicales, sin embargo cuatro o cinco chavales de unos diez años intentaban cantar uno de los últimoséxitos de Bisbal. Desconozco el título de la canción, es esa en la que Bisbal pregunta ¿Quién te lo iba a decir? Los niños no demostraban tener cualidades artísticas. Yo tampoco tengo talento musical. Fui uno de los dos alumnos que suspendió en séptimo de E.G.B. el uso de la flauta dulce. En el examen final , nervioso con mi flauta Hohner mal ensamblada, tuve que interpretar ¡Eres alta y delgada! pero me salió eres baja y gorrda. Cada vez que veo a alguien que carece de oído, siento cierto alivio.Refuerza mis lazos de pertenencia a un grupo. Así que iba caminando con una sonrisa llena de complicidad con la luna, cuando un grito desgarrador hizo que abandonase mis pensamientos. Se trataba de uno de los indigentes que duerme en el banco de piedra de la fuente dedicada a los hermanos Argensola. Cada vez que los niños desentonaban el ¿Quién te lo iba a decir? Gritaba con rabia todo lo fuerte que podía. No le estaban dejando dormir en paz y además no le gustaba Bisbal. Si hubiera podido leer nuestras mentes también habría podido reforzar sus lazos de pertenencia a un grupo
#La imagen representa una flauta hohner similar a la que utilizaba para destrozar canciones tradicionales.

APUNTES PARA UNA MAÑANA DE MANGA LARGA

APUNTES PARA UNA MAÑANA DE MANGA LARGA

 Me entero que el sindicato americano de directores cinematográfico se llama DGA (Directors Guild of America). La DGA nuestra ya no existe, ahora es Gobierno de Aragón; pero todo el mundo sigue denominándolo DGA. No estaría nada mal que Martín Scorsese fuese el presidente de Aragón. Aunque lo vería mejor como alcalde de Zaragoza, seguro que regulaba el tema de los taxistas en la Intermodal y sus desplazamientos a Valdespartera. Los políticos ya no llevan gafas de pasta.

#La imagen corresponde a Hugo Rich, vestido de manera elegante con un traje de Trussardi, atracando un banco en Australia. A veces las cámaras de seguridad sacan unas fotos propias de la Agencia Magnum

EL ANACRONÓPETE, E. GASPAR Y OTRAS MÁQUINAS DE VIAJAR

EL ANACRONÓPETE, E. GASPAR Y OTRAS MÁQUINAS DE VIAJAR

Uno de los primeros post que escribí en mi vida se centraba en Sindulfo García, personaje de una novela de Enrique Gaspar titulada el Anacronópete 1887. De Sindulfo García nos tenían que interesar dos cosas. La primera y más importante que se trataba de un sabio alocado que vivía y trabajaba en Zaragoza. La segunda que había inventado la primera máquina del tiempo de la literatura universal. Se había adelantado siete años a Alexander Hartdegen de La máquina del tiempo de H.G Wells, que tantas y tantas veces hemos visto en las sobremesas de los sábados en Tv1 encarnado en Rod Taylor.
La vida de Enrique Gaspar es muy curiosa, desde pequeñito tenía claro que quería dedicarse a escribir. Desarrollaba guiones de Zarzuelas y novelas, que maduraba a lo largo de los años reescribiéndolas una y otra vez. La Literatura, al igual que ahora, daba de comer bastante mal. No le quedó otro remedio que entrar a formar parte del cuerpo diplomático. Fue destinado a lugares exóticos como Hong-Kong y Macao, donde para vencer el aburrimiento escribía con mayor entusiasmo. Macao era muy diferente a como es ahora. El aroma portugués se mezclaba conlas especias orientales. El ruido de los conductores de Ricksaws ahogaba el sonido de las olas. No había casinos como el Sands, en el que este junio Silvia y yo ganamos una cantidad equivalente a 50 euros. El calor húmedo hacía que Enrique Gaspar estuviese sudando todo el día. El despacho de la embajada se convirtió en el lugar ideal para combatir la rutina, que lo alejaba cada día un poco más de la vida social que se respiraba en los círculos literarios de finales del S XIX.
Tras su experiencia asiática acabó como cónsul en Oloron, donde murió en 1902. El otro día en la Plaza San Bruno encontré uno de sus libros Las personas decentes. El estilo era decepcionante. Se trataba de una novela costumbrista que carecía de la frescura y agilidad del Anacronópete. Su lectura fue un tueste superior a las sesiones de control del Gobierno en el Congreso de los Diputados. Nueve de cada diez personas coherentes lo habrían a abandonado al tercer capítulo y lo habrían dejado al fondo de una estantería para que fuese acumulando ácaros burgueses de familia de clase media. La historia carecía de gancho, pero lo que si que tenía cierto interés era la ambientación en el norte de un Aragón imaginario. Una especie de Amar en tiempos revueltos pero con familias bien pirenaicas. La novela es de 1891, época en la que E. Gaspar desempeñaba sus funciones consulares en Olorón. El argumento pivota en torno a la construcción de un ferrocarril que pasase por la localidad de Valdeolea y sobre los distintos movimientos especulativos que van contra el interés de la zona. Es muy curioso el que Gaspar expanda los límites territoriales aragoneses, porque Valdeolea no es otra localidad que un trasunto literario de Oloron. Está más al norte que Canfranc. Depende judicialmente de Jaca y todas las acciones vitales de los habitantes se trasladan a Zaragoza. El protagonista estudió Filosofía en Zaragoza. Las personas decentes de Valdeolea se dedican a la política en Madrid. Forman un verdadero lobby pirenaico que discute sobre la creación de un tren (el embrión del maltoalogrado Canfranero), aunque bajo ese aspecto de defensores de los intereses territoriales del Alto Aragón se esconden mezquindades y ruindades personales.
No hemos cambiado nada. Bueno, si. Hemos cambiado a peor, ni siquiera tenemos la influencia de esos Florentinospérez de finales del XIX
P.D La fotografía corresponde a la fachada de la Catedral de Sao Paolo en Macao. Se aprecia la fusión entre Oriente y Occidente

EL TAXI DEL MISTERIO

EL TAXI DEL MISTERIO

El sábado por la noche quedé, con un par de amigos, uno de ellos es un gran detractor de los blogs en general y del mío en particular, para tomar algo rápido. Al día siguiente teníamos que trabajar los tres. La cita no prometía demasiad, dos cañas, una tapa y a la cama a descansar. La cosa se complicó. Uno de los tres, no fui yo, llegó bastante tarde; como castigo lo llevamos a comernos unas megabrochetas al nuevo Candolías del Tubo. Cualquiera podría pensar que comerse una de esas brochetas no es ningún castigo. Claro que no todo el mundo es vegetariano. Aguantó bastante bien a sus amigos carnívoros, perro como no comí tuvo que beber más para pasar el rato. Los otros dos le seguíamos el ritmo porque somos más competitivos que los malos de las películas de Rocky. No contentos con la carne fresca lo llevamos a uno de esos garitos cuyas tapas se han convertido en ferranadrianadas. Lo encajó bien incluso cuando lo obligamos a tomarse una ración de arroz con bogavante. La última botella de Aylés hizo que continuásemos la noche. El Baccarah estaba hasta arriba, no cabía ni una sola chica más con camiseta de topos y manga ranglán. Pasamos a la Casa Magnética, donde estaba Juan Aguirre con su gorro eterno. Empezábamos a movernos en horas peligrosas para los tres, así que como una retirada a tiempo es una victoria, nos fuimos a casa. Si la retirada es en tax,i no es por ello más victoria, pero es más rápida. Di la dirección "Me deja en la Plaza Roma, por favor" El taxista no me dio conversación iba absorto en en un programa de radio. Reconocí la voz deIker Jiménez y me puse a temblar. Un colaborador del programa hablaba de tarántulas. Como el Paseo Teruel esta cortado por obras, el taxí se desvió por Madre Sacramento y pude escuchar algo que me dejó estupefacto. A la altura de lo que fue el taller del escultor Francisco Rallo, el colaborador de Iker Jiménez mencionó un tratado español de Tarantismo del S. XIX (nada que ver con el Director de Pulp Fiction y Death Proof). Vinculó el baile de la Tarantela a la necesidad curativa de la picadura de las tarántulas, que se llaman tarántulas por la ciudad de Tarento. En el manual sobre tarantismo se explicaba que si una araña venenosa picaba a alguien por estos lares, la tarantela dede ser sustituida por una Jota de movimientos rápidos. Así con dos Aylés de más y tras haber visto a Juan Aguirre me enteré del carácter apotropaico de la Jota.

¡Spiderman, no levantes tanto el vuelooooo

que te vas a salir de Españaaaaa!

NIKE BATURRIKA

NIKE BATURRIKA

El último grito para la ofrenda de Flores ya está aquí. Las zapatillas que desbancarán a las desfasadas alpargatas. Los peñistas ya tienen un complemento ideal para sus cachirulos. Seguro que sabrán combinarlos con sus lindas tocineras. Si pensaban que el cahirulo con lentejuelas de Bumbury era lo más de lo más, es que todavía no habían visto la Nike Court Force Highs

CALAMARES POR AQUÍ, CALAMARES POR ALLÁ

CALAMARES POR AQUÍ, CALAMARES POR ALLÁ

Leo en el New York Times una encuesta sobre los mejores calamares del mundo. No he podido resistirlo y he votado por los del Calamar Bravo, aunque para ser sincero prefiero los del Papamar, sobretodo si me los tomo en la terraza. Las imágenes de los calamares americanos no terminan de seducirme, aunque para David Leite son una auténtica Magdalena de Proust.
 P.D. Debo rectificar. Mi asesor en comida basura me ha asegurado que lse trataba de un tipo de almejas de la costa de Nueva Inglaterra rebozadas. Su sabor no es muy distinto de el de los calamares. Si aparece algún gringo por el calamar bravo y pide almejas fritas es porque leyó el comentario que dejé en el periódico neoyorquino
#La imagen corresponde al mítico Taxikraken

LOLA, LA QUE SE QUEDA SOLA

LOLA, LA QUE SE QUEDA SOLA

Hace unos días comentaba la aparición del Gran Hotel de Zaragoza en la última novela de Jean Echenoz. A los pocos día el Heraldo publicaba una serie de reportajes sobre establecimientos hoteleros Zaragozanos. El Gran Hotel se mostraba como el alojamiento de los visitantes ilustres que pasaban por la Ciudad del cierzo, como Hemingway levantándose con resaca y mirándose las legañas, vestido con una camiseta interior sin mangas, en el espejo del cuarto de baño. Ava Gadner colgando vestidos largos en los armarios de madera maciza mientras los camareros de la cafetería suspiraban por compartir una sonrisa cómplice o el pestañeo exclusivo de una mujer que poseía una belleza que abrasaba a quien la contemplaba.
Hace poco he encontrado otra referencia al Gran Hotel en una obra literaria. Esta vez se encuenta cargada de una visión negativa. Se concentran en el hotel los supuestos vicios provincianos de la Zaragoza de los Cincuenta. La novela se titula Lola, espejo oscuro y fue escrita por Darío Fernández Flórez (nada que ver con Wenceslao y el Bandido Fendetestas). El libro en primera persona narra las desventuras de una joven descarriada en el Madrid de la Postguerra, su tono moralizante ha conseguido que la novela hayaa caído en un olvido justificado, pese a su éxito inicial. Para algunos críticos la moralina que invade el relato es una necesidad anticensura, pero no hay que hacerles demasiado caso.
Lola en una de sus correrías llega a Zaragoza a la que califica de aburrida y provinciana. La ciudad aparece desprovista de cualquier encanto que haga que merezca la pena estar allí y en su Hotel estrella, que es igualmente un peñazo. Al día siguiente acude a visitar el Monasterio de Piedra, donde todo resulta de su agrado menos una cosa; qué casualidad se trata de las parejas de zaragozanos que son unos cursis le impiden disfrutar el paisaje.
El Gran Hotel quizá no sea el Hotel más divertido del mundo mundial. Seguro que en el Trip Advisor se encuentra algún que otro comentario negativo, pero ha soportado el paso del tiempo mejor que Lola a la que se puede encontrar en los puestos de libros callejeros, desparramados por el suelo, a un euro
#LA imagen corresponde a Hemingway tomándose un vermú con sifón

PELUSILLA COGIÓ SU FUSIL

PELUSILLA COGIÓ SU FUSIL

Hace unos domingos, mientras paseaba por la plaza de San Bruno, compré un libro viejo con las heridas visibles de su desintonsamiento. El lomo sucio de tomo salmón todavía marcaba su precio de 1924, cuatro pesetas, que era el sueldo que ganaba un peón caminero al día. El libro se titulaba Por el camino de Annual y había sido escrito por J. M. Arauz de Robles. El tema del colonialismo chapucero español siempre me ha interesado y el desastre de Marruecos es uno de los mejores ejemplos que tenemos para convertirnos en antibelicistas. Una carnicería sin sentido bajo el calor abrasador de un África que nunca llegó a entenderse. Un horno crematorio de cadáveres vestidos de kaki y vidas truncadas por la defensa de lo inútil. 
Busqué información en Internet sobre el autor y hallé una serie de datos contradictorios. Por un lado me llevé la sorpresa  de ver que Arauz de Robles había nacido en 1898, en Alhama de Aragón según el Centro de Estudios Bilbilitanos ,  aunque en una librería de  viejo vendían un ejemplar de una novela suya dedicada  y escrita en Molina de Aragón. Por otro lado aparece un J. M. Arauz de Robles escritor de temas poíticos que vivía en Madrid en 1932 de ideología carlista tradicionalista. Quizá sean la misma persona o quizá dos distintas con el mismo nombre
El libro tiene varias partes. Algunas no tienen demasiado interés como los capítulos de temas políticos y reformistas; pero si que tienen gran valor los apuntes de Arauz de Robles sobre la vida cotidiana de los soldados abandonados a la tiranía de un sol que emergía sobre las laderas del Monte Arruit. La lectura de las miserias que pasaban los soldados lavando sus platos con arena. Las últimas cartas de los heridos que saben que la arena del desierto es la que se ha escapado de du propio reloj. Los muñones putrefactos de los mutilados . Las moscas omnipresentes que son las únicas que se alegran del conflicto. Las muertes de los compañeros que tienen la certeza desde su reclutamiento que no van a volver a pasear por los bulevares de sus ciudades natales. Esa parte está escrita desde la experiencia en primera persona de un soldado que sabe que la guerra es inútil y que sólo trae desolación. Despide antibelicismo aunque Arauz de Robles se defiende de acusaciones antimilitaristas que le habían lanzado quienes habían leído la obra antes de ser publicadas. Para él el ejército es necesario pero sólo para defenderse y es contrario a cualquier tipo de dictadura militar algo chocante porque estamos en pleno Directorio miltar de Primo de Rivera.  La obra está escrita en 1924 y es cinco años anterior a Sin Novedad en el frente de Erich María Remarque (también nacido en 1898) y quince antes de Johny Cogió su fusil de Dalton Trumbo.
El libro está dedicado a sus compañeros muertos en África entre ellos destaca Pelusilla, un corneta tan inocente que no pudo ni comprender su  propia muerte
 
#La imagen corresponde a soldados anónimos de los que no sabremos nunca su suerte 

BOLERO EN EL GRAN HOTEL

BOLERO EN EL GRAN HOTEL

Jean Echenoz es un escritor aséptico. Su aparente neutralidad magnetiza. Las portadas sobrias de sus ediciones francesas tienen la elegancia de lo que no se pasará de moda.Su falsa simplicidad  no es otra cosa que un ejercicio bien ejecutado de depuración estilísica. La última novela de Echenoz, Ravel, recrea el declive del músico nacido en San Juan de Luz. En la narración aparece el Gran Hotel de Zaragoza. Su estancia en la calle Costa es uno de los pocos momentos, en la novela, en los que Ravel parece estar disfrutando de lo que hace. Se mira los dedos de los pies mientras se apoya en la barandilla de la terraza. Pocos días después será consciente de su declive. Tiene que ser duro que los demás te consideren un genio, al mismo tiempo que tú sepas que todo ha perdido el rumbo lógico. La rutina deja de funcionar como una máquina bien engrasada, pero la gente aplaude como si fuese un emperador romano el día de su triunfo.
#La foto corresponde a la fachada del Gran Hotel

EL DÍA QUE ME COMPRÉ DOS HOJAS DE UN LIBRO DEL S . XVI

EL DÍA QUE ME COMPRÉ DOS HOJAS DE UN LIBRO DEL S . XVI

El dólar esta a precios dsconcertantes, da gusto comprar en la divisa norteamericana. Las librerías de viejo de más alla del atlántico se han convertido en supermercados de oferta para según que piezas, sobre todo sino guardan relación con EEUU. La semana pasada viendo el catálogo de la ILAB (Intenational League of Booksellers) encontré un par de páginas de las Quatorze decadas de Tito Livio publicadas en Zaragoza en 1520 por Jorge Cocci, que no pude resistirme a comprar por el precio de una cena. Una de ellas con un grabado y la otra con una mayúscula ornamental. El paso del tiempo no ha sido demasiado duro con las hojas. Unas ligeras manchas de humedad atestiguan la antigüedad de los papeles; si a Londres se le presupone la niebla, es imprescindible que un libro del S. XVI tenga manchas.

Zaragoza fue uno de los focos impresores del Renacimiento peninsular. Aquí se imprimió el Manipulum Curatorum el primer libro con colofón completo  de más abajo de los Pirineos,durante varios años se llegó a pensar que fue el primer libro que vio la luz en España, obra de Mateo Flandro en 1475. En el siglo XVI destacaron los hermanos Hurus y posteriormente el germano Jorge Koch, al que se lle aragonesizó el apellido por Cocci. las prensas de Cocci pasan por ser las mejores  de todo el S XVI español, en concreto se citan en los Las quatorze decadas en los manuales de tipografía como ejemplo de volumen bien editado. Para ser sinceros las planchas xilográficas que utilizó jorge Cocci ya habían sido utilizadas en Mainz y en Lyon,  ciudad enlas que debió comprarlas el alemán.

El ejemplar del que proceden las dos páginas terminó durmiendo el sueño de los justos hasta que en 1927 la Asociación de los Foliophiles decidió venderlo por hojas con la excusa de la labor didáctica y divulgativa. El presidente de la asociación, G. L. Brown, aseguraba que se trataba de ejemplares incompletos de los que se conservaba un número reducido de páginas, pero lo cierto es que lo único que se sabe es que son originales. Hay quien piensa que los Foliophiles se dedicaron a descuartizar libros para obtener una mayor rentabilidad, una especie de bibliófilos comelibros, o incluso que los libros fuesen robados. La fecha de 1927 es temprana para relacionarla con el robo de libros de la Seo. Es emocionante pensar que estuviesen junto al mapa de Vinland en la catedral zaragozana.

Jorge Cocci tiene hoy en día una calle en Zaragoza que no guarda ninguna relación con la tipografía, sin embargo la calle Mateo Flandro se encuentra en el lugar donde Cocci tenía su comercio, que con el tiempo pasó a denominarse callizo de la imprenta, paradojas de la vida.

·La imagen corresponde a unos cajistas trabajando enuna imprenta com la de Cocci

Las películas de Fernando Esteso las veía en el vídeo comunitario, alguna de ellas eran las primeras grabaciones piratas del cine español; en concreto me acuerdo de una que tenía todavía la música de Movierecord. Otro recuerdo de Fernando esteso es el anuncio de un vídeo Thomson para el Mundial  86 en el que Fernando era un jugador del Ajax y Pajares un árbitro más malo que Rafa Guerrero, al final ambos unían sus brazos escayolados para formar la palabra Thomsom.  Cualquier orquesta de fiestas de pueblo que se preciase tenía que incluir la Ramona entre su repertorio, pero más sorprendente fue la versión de los Petersellers del clásico de Esteso mezclando La Ramona con los Ramones, haciendo una biografía pop del grupo punk neoyorquino.

#Este pequeño post sirve de homenaje a Fernando Esteso que hoy recibe el cariño de los internautas aragoneses

ANTÍPODAS NEGRAS. FIN DE TRAYECTO DE JOHN GARCÍA

ANTÍPODAS NEGRAS. FIN DE TRAYECTO DE JOHN GARCÍA

Nunca he visitado la Semana Negra, ni siquiera he estado en Gijón, por el contrario si que he comido pastel de cabracho en Oviedo y le he cogido la mano de bronce a la estatua de Ana Ozores, Silvia estuvo viviendo un año en Oviedo mientras preparaba el MIR. Silvia no ha leído  La Regenta, pero si estuvo en la Semana Negra compartiendo la calle con los aficionados a investigar crímenes sin resolver.

La semana ha estado teñida de cierto halo policiaco. Chesús Yuste habla de crear una Sociedad Camilierista. Sergio del Molino recorre los escenarios del Halcón Maltés (Sam Spade es mi investigador privado favorito) y yo al ir a coger un libro a la estantería tiré sin querer un volumen de  Harry Stephen Keeler, un autor que me recomendó, en la última feria del Libro Antiguo, uno de los únicos tres miembros españoles de la Harry Stephen Keeler Society.

Mi pequeño homenaje al género es la enmarañada historia de John García. Me encontré con este pintoresco personaje real, que vivió en Australia a mediados del siglo XIX, buscando información detectivesca ambientada en Zaragoza. 

Oceanía está muy lejos. Si el mundo fuese una línea de Metro sería la última parada. Una de esas estaciones en las que la gente llega dormida y con los trajes arrugados por haberse sentado mal. Cuando estoy aburrido en un vagón de Metro intento imaginarme qué personas viajarán hasta el último andén. Uno de los hombres que llegó hasta el final del trayecto fue John García. Las únicas referencias que quedan de este sujeto se pueden encontrar en el boletín policial de la provincia de Victoria. Una escueta nota da a conocer la fuga de John García, mientras estaba confinado en una cantera de trabajos forzados. Se proporciona su descripción física, Su altura, su complexión, de que forma tenía la barbilla. Se detalla la cicatriz que tenía en su pierna y otros aspectos variados; pero el dato que nos importa es que John García asegura haber nacido en Zaragoza. Las autoridades locales recelan de su procedencia. Piensan que se trata de un camelo para esconder la personalidad de un condenado a siete años de prisión y que realmente se trata de un inglés de Kent.

No sé la razón pero creo que la policía se equivoca. La edad que tiene García es 27 años. Con los datos que maneja la policía se trataría de un jovencito llegado a Australia con 15 años par cumplir condena por siete años. Uno de esos niños de la calle, amigos de lo ajeno que aparecen en Oliver Twist. Un virtuoso del carterismo infantil reclutado por un malvado como Fagin. Me extraña que uno de los ladronzuelos de la Inglaterra dickensniana se  inventase un alter ego zaragozano. Además sabía leer y escribir, todo ello muy alejado del universo de los golfos apandadores.

En cualquier caso tendríamos a un fugitivo zaragozano (o no), perseguido por sus crímenes y por los que no había cometido. Viviría huyendo tras las pesquisas policiales en una tierra de frontera donde el dinero fácil y la corrupción harían más estragos que las elevadas temperaturas del desierto interior.

Hay veces que la última parada no es donde terminan las vías.

#La imagen corresponde a un uniforme de preso australiano, cuando John García cumplía condena. No me extraña que se quisiese escapar