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Una estaua en la arena

Tras ocho años de travesía en el desierto, me he encontrado sin querer con mi propio blog. Ya había olvidado su existencia. Os confieso que en una época de mi vida este espacio tenía mucha importancia. Haciendo una búsqueda inconexa de Google, ha aparecido como la respuesta mejor posicionada un post que escribí en 2007. Mi yo de hace diez años sabía lo que necesitaba encontrar hoy en día. He aquí una prueba ciéntifica del eterno retorno. Me ha costado reconocerme una década después. Al abrir el blog he experimentado algo semejante a lo que sintió Charlton Heston en "El planeta de los simios" cuando se encontró con la antorcha de la Estatua de la Libertad semi enterrada en la arena de las dunas del tiempo. Sólo que ahora sé dos cosas, una: que en la novela original lo que ve el protagonista es la Torre Eiffel, porque su autor es francés, Pierre Boulle, el mismo que escribió "El puente sobre el río Kwai" y dos: La estutua de la libertad que contemplaría yo en un futuro imperfecto, sería la que diseñó Ponzano para el Panteón de los hombres ilustres de Madrid, que es la que influyó a Bartholdi

MARINA Y EL MULÁ OMAR

MARINA Y EL MULÁ OMAR

Marina ha descubierto  la capacidad para desplazarse por si misma en vehículos de juguete. Tiene un correpasillos al que denomina “moto”.Cada vez que sus padres intentan echarle una bronca por alguna trastada que ha cometido, como tocar el tambor con los mandos de la tele, esconder los móviles debajo del sofá, chupar los altavoces del Home Cinema y un largo etcétera de sabandijadas; se monta en su “moto” y huye por el pasillo sin mirar hacia atrás. Actúa igual que el Mulá Omar, Marina también tiene  cierta debilidad por la destrucción, aunque al menos cuando se ha cargado algo viene con la prueba del delito entre las manos y nos dice “roto”.   

EL HOMBRE QUE MURIÓ DOS VECES

EL HOMBRE QUE MURIÓ DOS VECES

El jueves leí la necrológica de Philip José Farmer en el País y el viernes en el Heraldo, aunque en ambas indicaban el mismo día de fallecimiento. Desde hacía unas cuantas semanas había visto un libro suyo de segunda mano en el escaparate de una tienda de Cáritas. Se trataba de uno de los volúmenes del Mundo Río que había leído en mi adolescencia. Al enterarme de su muerte decidí hacerle un pequeño homenaje póstumo, aunque los homenajes literarios es mejor realizarlos con autores vivos para que puedan seguir dedicándose a escribir, pero es tan difícil escaparse a los tópicos.

A la serie del Mundo Río, con la que Philip José Farmer ganó un premio Hugo en 1972, le tengo bastante cariño. No recuerdo quién me la recomendó, pero sí recuerdo que compré el primer volumen en la desaparecida librería que tenían los hermanos Pérez en el Tubo. El libro estaba medio escondido en una estantería sobre el suelo de madera que chirriaba bajo los pasos de los clientes que iban a cambiar novelas y leer tebeos con las portadas desgastadas.

El argumento del Mundo Río me parecía fascinante. Un día se despiertan todos los seres humanos que poblaron la faz de la Tierra. Deben sobrevivir en un entorno hostil atravesado por un único río que es tan caudaloso como las obsesiones. Farmer elige a varios personajes históricos como protagonistas a Richard Francis Burton, a Juan “sin tierra”, Mark Twain, Hermann Goering o la niña que inspiró Alicia en el País de las maravillas entre otros. Gracias a esta novela conocí a Burton, al que comencé a profesarle admiración, se convirtió en mi ídolo junto a Pardeza e Higuera, o mejor dicho lo fue hasta que leí el diario que escribió en su búsqueda de las Fuentes del  Nilo. Un ídolo con pies de limo que se derrumbaba con el agua del Lago Victoria. Hay pocas cosas tan descorazonadoras como adentrarse en los escritos de un caballero inglés de la Royal Geographic Society del S. XIX, aunque tradujese las Mil y una noche y el Kama Sutra. Con los años fui rehabilitando su figura hasta me compré la biografía que publico Siruela de tropecientas mil páginas. Se la dejé a un compañero de trabajo que se quedó fascinado con la figura broncínea de unas sacerdotisas prostitutas de la India. A mí lo que me parecía más sorprendente era su capacidad de disfraz y transformación, un verdadero precursor de Lon Chaney.

Philip José Farmer se murió en el Heraldo un día más tarde que en el País, cuando se despierte en el Mundo Río espero que se encuentre con humanos variopintos y remonte el río que nos lleva, el río lineal, escrito o no, que erosiona los paisajes y los recuerdos.

#La imagen corresponde a un pintor finalizando un retrato de Richard Francis Burton

PORTEROS DEL ESTE

PORTEROS DEL ESTE

Cuando era pequeño y escuchaba la expresión "porteros del Este", pensaba en Rinat Dassaev y sus pantalones largos de chándal (en Rusia debía hacer demasiado frío para ponerse los pantalones Adidas de principio de los ochenta). Hoy en día, cuando escucho la expresión "portero del Este" pienso en discotecas y garitos de los que han conseguido una licencia que les permite abrir hasta las cinco de la mañana y cobrar los Gin-Tonic a nueve euros. Me imaginaba tipos rudos vestidos con prendas oscuras de talla XXL, que hablan marcando las eses y poseen una mirada expeditiva que es casi imposible mantener. Dos hechos han humanizado mi concepto de los profesionales de la seguridad del Este, uno de ellos es el trato exquisito que dispenso uno de los porteros del Plata a un señor que intentaba salir del establecimiento con un vaso de tubo. Le habló con más educación, respeto y paciencia que lo suelen hacer mis jefes con sus subordinados, y eso que el portero no sabía que quien sacaba la consumición era uno de los actores del Teatro Principal que en la época de Rinat Dassaev había interpretado al padre de Tito y Bea en Verano Azul. Los porteros del Este no ven Cine de Barrio, pero son muy educados.

El segundo de los contactos fue mucho más duradero y enriquecedor. Durante el verano, un Guardia de Seguridad rumano estuvo sustituyendo a mi compañero de trabajo. La primera impresión entraba dentro del parámetro de los tópicos sobre "porteros del Este". Medía cerca del metro ochenta y pesaba 136 kilos. Ropa negra y gafas de sol que sólo se retiraba en  interiores. En manga corta lucía tatuajes de tinta verde, entre ellos el del nombre de un hermano que se murió cuando era adolescente. Su padre era húngaro y había crecido en un pueblo de diez mil habitantes en Transilvania. A priori como vigilante de sala en un Museo impresionaba, a no ser que se tratase de un centro de interpretación de la Stasi. Trabajaríamos juntos un par de semanas y ahora que estoy de excedencia es uno de los compañeros que echo de menos. Bajo un aspecto amenazador se camuflaba un buen tío al que las cosas no le estaban saliendo tan bien como quería. En los quince días que coincidimos le hice gestiones para cambiarse de casa, comprar un coche, grabarle películas de dibujos animados para sus hijos, denunciar al que le había vendido el coche por fraude y diseñar una pecera que iba a fabricar un amigo suyo cristalero para su hijo mayor, sólo nos faltó pescar los peces y agarrar al visitante del Museo que le robó sus gafas de sol. ¿Quién es capaz de robar unas gafas de sol a un rumano que pesa 136 kilos? Lo del peso lo explicaba con una naturalidad de club de la comedia. "Yo era deportista. Practicaba lucha grecorromana,¿Tú sabes? incluso gané una medalla tercera. Mi mujer se hartó de los campeonatos y me dijo, el deporte o yo. Me quedé con mi mujer y ahora ella me dice que estoy gordo. Yo le digo tu me dijiste nada de deportes".

Ahora cuando escucho la expresión "porteros del Este" ya no pienso en Dassaev 

MATRIMONIO INCUNABLE

MATRIMONIO INCUNABLE

 

 Richard Heber (1773-1833) uno de los mayores bibliómanos de todos los tiempos le propuso matrimonio, pese a ser un homosexual reconocido, a Mrs Richardson Currer ya que poseía una de las pocas copias conservadas del Book of St. Alban, un libro del siglo XV que reunía tres ensayos sobra Caza, Cetrería y Herádica. Su propuesta no fue aceptada. Los matrimonios de conveniencia literaria no son demasiado provechosos, tener tinta china en las venas es poco recomendable, a no ser que se sea deliniante .

#La imagen corresponde a la biblioteca de Miss Richardson Currer

 

EL AMOR EN TIEMPOS DE GUERRA

EL AMOR EN TIEMPOS DE GUERRA

La guerra es una mierda y el amor es el motor del mundo, la combinación de ambos es el argumento de películas, libros, telenovelas y ficciones de lo más variado. Desde la distancia temporal y espacial nos parecen historias inverosímiles, en lo cotidiano es fácil enamorarse y desenamorarse pero en una situación de conflicto bélico la supervivencia lo impregna todo, aunque quizá esa sensación de peligro distorsione nuestros sentimientos. No tengo ninguna intención de experimentarlo.

Un amigo está realizando un estudio de los Taxistas del Marne. La batalla del Marne  se desarrollo en los inicios de la I Guerra Mundial, los taxistas de París se vieron obligados a transportar a los soldados franceses al frente, ante la escasez de vehículos militares. El gobierno requisó parte de la flota de taxis y en otros casos no quedó otro remedio que los propios taxistas  realizasen la carrera más peligrosa de su vida laboral, para que luego se quejen los de las cooperativas por que no les pagan suplemento por ir a la estación de Delicias.   Un convoy de 600  Renault de 8cv en fila india se dirigió hacia el combate. Sería muy interesante escuchar las conversaciones entre chóferes y soldados. Regresaron todos los conductores sanos y salvos, buenos son los taxistas, e incluso el Estado francés pago a posteriori el trayecto.

Le comenté a mi amigo que tenía varias postales antiguas relacionadas con la I Guerra Mundial. Se las busqué y  encontré una de ellas a la que no había prestado casi atención. Es bastante fea, un dibujo poco agraciado de un soldado bigotudo que está recibiendo el último alivio médico en un campo de batalla bajo el atardecer centroeuropeo. Me fijé en ella y la extraje del álbum en el que la tenía guardada. El matasellos indica que se mandó a finales de marzo de 1915 a una señorita de Barcelona que vivía en la calle Balmes. Se encuentra escrita en alemán con una letra bastante clara que no se adorna demasiado, con una letra de tiempo de guerra. Se trata de una carta de amor, de una carta de amor en tiempos de guerra. La traducción poco fiable está basada en  mis escasos conocimientos de alemán y las ayudas del traductor de Mac.

“Mi querida M.T

Su última carta me hizo muy feliz y todavía lo estaré más cuando me envíe su fotografía. Cómo probablemente sabrá bien nuestra situación es bastante triste, hay tantos muertos y se sigue sin perspectivas de una paz temprana. La guerra es terrible, espero como la luz, una vez más, unas pocas líneas de su amor para obtener…. Que pase unas magníficas Pascuas”

Mizri Janda, Viena, Marzo de 1915

Desconozco como pudo acabar la historia de amor, la guerra la perdieron. Todavía le quedaban tres años de sufrimiento bélico. ¿Se sufre más por una guerra o por amor? En la página del INE pude comprobar que en Barcelona viven quince personas que llevan el apellido Janda, cinco de primero y diez de segundo. La próxima vez que viste la ciudad me acercaré a mirar los buzones de la vieja casa de la Calle Balmes., aunque no sé porque pero mis presentimientos no son muy halagüeños por el austro-húngaro que se enamoró en plena guerra mundial de una joven barcelonesa.

NIEVE Y ALTURAS

NIEVE Y ALTURAS

Estaba con Silvia en el hall de un hotel de Logroño tomándonos un vino. Hacíamos tiempo para que viniesen a buscarnos, una chimenea moderna calentaba el espacio de diseño. De repente irrumpieron en la recepción una docena larga de ingleses comenzaron a registrarse y pedir las llaves de sus habitaciones, luego nos enteramos que se trataba del cuerpo técnico y de familiares de la selección británica sub-20 de Hockey sobre hielo, que participaba en una fase previa del campeonato del mundo que se celebraba esos días. Eran las nueve de la noche y nevaba, parecía que el tiempo estaba contratado por la organización del torneo.

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Las relaciones sociales que he hecho en mi exilio se concentran en torno a las barras de los bares. Leía Piedad de Miguel Mena en   la taberna irlandesa en la que me tomo el cortado de media mañana cuando  a uno de los habituales que viste con la chaquetilla del chándal del Numancia le llamaron por teléfono. Separó el móvil unos centímetros  y me dijo “Es el tío de Agapito, el del Zaragoza. Que tengo gran amistad con él”.

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Tuvimos un problema con la calefacción del piso de Zaragoza. El seguro  que tengo contratado es tan básico que se podría decir que es un inseguro del hogar, pese a los pronósticos que hice sobre la no cobertura de la póliza fue todo a las mil maravillas. Uno de los operarios que vino a arreglar el desaguisado de las tuberías de cobre se fijo en un corcho en el que hay sujetas con chinchetas fotos de Marina. Le llamó la atención una fotografía en el que estamos con la familia de mi madre en un hangar del Aeropuerto de Zaragoza vestidos con chalecos reflectantes y aviones de carga al fondo, pensó que Marina había nacido en pleno vuelo y que el parto fue atendido a siete mil metros de altura. Le contesté que fue  más prosaico y seguro, un nacimiento  en tierra, y que menos mal porque sólo vuelo con Ryanair.

TINTA

TINTA

La asociación entre literatura y tinta es indisoluble, pero en algunas personas adquiere una nueva dimensión. Existe una página web dedicada a los literary tatoos. Entre los novelistas elegidos para decorar la piel destaca Palahniuk y entre los poetas Syvia Plath, de la que recientemente he leído un artículo sobre su luna de miel en Benidorm.

#La foto corresponde a un  tatuaje con el motivo de la portada de la primera edición de Farenheit 451, Nueva York 1953.

CLASIFICADOS POR PALABRAS

CLASIFICADOS POR PALABRAS

Las palabras sirven para definir y para clasificar, para decir te quiero o vete a la mierda; aunque a mí me falten para comentar y comprender estos dos anuncios de la prensa gratuita calagurritana. Al leerlos me recordaron a la escena del corto de Ciro Altabás "Made in Japón" en el que el protagonista se reencuentra con su padre japonés al que no entiende cuando habla, en ese momento se da cuenta que tampoco comprende a su padre español cuando se expresa. Aparece la imagen del español toreando con una manta de sofá y utilizando terminos como humillar, manoletinas y doble verónica.

"Se vende podencos de talla chica linea arcabuceros de cazador a cazador padres eléctricos cazando conejo y liebre vacunados y con cartilla sanitaria. También proximamamente manada de podencos manetos seriedad"

"Se vende hurones de cazador a cazador también sirven para mascotas muy dóciles y muy buena línea vacunados y con cartilla sanitaria" (Sic).

#La imagen corresponde a un grabado de una granja en un pueblo llamado Huron en Kansas

 

SUPERFICIES BLANCAS

SUPERFICIES BLANCAS

 

Hergé a finales de los Cincuenta comenzó a ir al psicólogo, estaba sumido en plena crisis personal y artística. El creador de Tintin tenía innumerables pesadillas en las que las grandes superficies blancas le asfixiaban y le producían una angustia difícil de soportar. Su psicólogo interpretaba que se debían al exigente ritmo de trabajo, le aconsejó que abandonase la profesión. Hergé no le hizo caso y publico Tintin en el Tibet, en el que las grandes superficies blancas están omnipresentes.

Durante mi primera tanda de vacaciones he soñado tres veces con artículos para el blog, un psicólogo quizá me hubiese sugerido que me tomase un descanso creativo, así que sin estar en ningún tipo de crisis he decidido mantenerme inactivo por un mes. El descanso ha dejado en el limbo una serie de post que jamás existirán, pero de los que voy a hacer un breve resumen

"Lituania, Lituania es..." Fui a la Expo en la primera semana de funcionamiento, no vi demasiado que me entusiasmase, pero me pareció destacable los niños chipiados que salían del pabellón de Lituania cantando "Lituania, Lituania, Lituania es cojonuda, como Lituania no hay ninguna". En el interior del pabellón el baloncesto comparte protagonismo con el agua, se pueden apreciar una copa de la Euroliga y otra de la ULEB de equipos lituanos y el trofeo de MVP de Jasikevicius de una Final Four. Lo mejor de la Expo colarse en el acuario fluvial con el carrito de Marina y saltarnos dos horas de fila.

"La crisis económica" En una comida expuse la situación calamitosa, desde el punto de vista económico,  que atraviesa el Ayuntamiento de Zaragoza con una deuda de 43 millones de €, uno de los asistentes me dijo que tampoco eran tantos que esa semana había un bote de 59 millones en el Euromillón. Me imaginé a los concejales eligiendo cinco números y dos estrellas. Con suerte salimos de la crisis.

"Memorias de África", la aventura africana de José Martínez, ex-jugador del Real Zaragoza que ha estado un año como seleccionador nacional del equipo de fútbol de Gambia. Lo cesaron el 30 de Abril

"Uno de los peores trabajos del mundo", el que tenía que soportar una chica en el stand de venta de entradas de la Expo que se había instalado en la Estación del Norte de Valencia. Con lo mal pagados que están los trabajos de las empresas de servicios, ser el objeto de miradas afiladas durante diez horas diarias no tiene precio.

"Vacaciones en la Plaza Roma", la presencia nocturna de un musulmán subsahariano que va a rezar a la glorieta central de la Plaza Roma, que parece un oasis, con lago y césped, rodeado de asfalto. Enfundado con un sayo largo y tocado con un gorro de punto, pese a las altas temperaturas, se orienta a la Meca y comienza su ritual religioso.

"Lesiones" Mi abuelo ha pasado unos días en el Hospital, su compañero de habitación era un portugués al que tuvieron que operar de urgencia una apendicitis. Resulta que jugó como profesional en el Oporto (me temo que pocos partidos) y en otros equipos de la segunda división portuguesa. Hoy trabaja como especialista en la construcción. Se daba un aire a Luis Figo. Una apendicitis duelen más que los ligamentos

#La imagen corresponde a la expedición de Scott al polo Sur

DEL ENGAÑO DEL CONOCIMIENTO.

DEL ENGAÑO DEL CONOCIMIENTO.

He seguido pensando en el profesor de Latín que  me advirtió sobre la mentira de la cultura y la poca felicidad que produce el conocimiento. Estos días he leído un libro de Raymond Quenau que se titula En los confines de las tinieblas se trata de un estudio de los locos literarios del S XIX francés. Me gustaba más el título original que había imaginado Quenau, Enciclopedia de las Ciencias Inexactas. Quenau analiza diversos personajes que se alejan de los cánones y procedimientos académicos de la cultura. Es interesante el ejemplo de descendiente de agricultores que invirtió su vida y su fortuna en demostrar que había descubierto la cuadratura del círculo. Parece el personaje de una novela de Baricco, pero es tan real como la imposibilidad del logro aritmético. Joseph Lacomme era un hombre que no aprendió a leer ni a escribir, bien por él.  Tras su experiencia militar obligatoria con las tropas napoleónicas en España regresó a su pueblo natal, en el que se convirtió en tejedor, bien por él. Una tarde aciaga excavó un pozo, cuando lo terminó quiso saber con precisión cuántos bloques de piedra necesitaba para pavimentarlo. Preguntó a sus contactos letrados por la forma de averiguarlo. Le contestaron que nadie había sido capaz de hallar la relación exacta entre la circunferencia y el diámetro. No se rindió a las evidencias e intentó hallarla por su cuenta, mal por él. Vendió sus telares y sus propiedades. Noche y día se esforzaba en cálculos autodidactas. No sabía leer ni escribir, ni por supuesto tenía nociones de matemáticas. Su esfuerzo le llevó a encontrar su solución al problema. Debió convencer a unas cuantas personas, una de ellas escribió al dictado su reseña biográfica, y se fue a Toulousse para demostrar su hallazgo. Los académicos no le hicieron ni puto caso y se  propuso alicatar una fuente circular con la cantidad de baldosas que había establecido según su fórmula. Una noche a escondidas se puso manos a la obra, pero la policía que suele ir en contra de la ciencia lo detuvo por destrozos patrimoniales. Fue el protagonista de hechos parecidos en Burdeos y París. No es fácil explicarlo pero al final de sus días obtuvo cierto reconocimiento, La Sociedad de las Ciencias y las Artes de París le otorgó una medalla y el folleto en el que detallaba sus operaciones se reimprimió unas quince veces, en él se aportaban documentos que lo certificaban como el cuadrador del círculo. Se murió con la gloria matemática pero pobre y solo como una rata, había vendido todas sus posesiones para su búsqueda del conocimiento.

Por supuesto, sus cálculos eran erróneos. En 1892 Lindemann demostró que la cuadratura del círculo era imposible

EL MITO DE LOS ÚLTIMOS

EL MITO DE LOS ÚLTIMOS

El martes tuve que coger uno de los últimos trenes de alta velocidad a Barcelona antes de que llegase el AVE. Siempre me ha gustado ser de los últimos. Me suelo sentar en las últimas filas del autobús. Intento asistir a una sesión de los cines la víspera que los cierren. El catorce de marzo cerraron por reformas los Augusta, el día trece por la noche estaba viendo American Gangster al mismo tiempo que Víctor Fernández dejaba de ser entrenadoe del Zaragoza. La distancia entre dos puntos no se miden por los kilómetros que los separan, sino por el tiempo que se tarda en recorrerla. Los últimos Altaria eran una especie en extinción, pero con el AVE me hubiera ahorrado setenta minutos.

Cada año que pasa siendo vecino de Las Delicias hace que aprecie más el barrio. El martes, antes de emprender viaje, bajé al buzón a recoger las cartas de amor eterno (a treinta años) que me manda La Caix. Dos mujeres negras tocaban el portero automático. Reconocí la voz de mi vecino Ángel a través del interfono. Una de las mujeres sin ningún acento delator preguntaba por los "gambianos". El bueno de Ángel no se dio cuneta por quien se interesaban. Contestó que no vivía nadie en la casa con ese apellido. La mujer no se dio por vencida y preguntó por los "morenos".´Ángel le indicó los portales donde residen subsaharianos. No distingue entre senegaleses y gambianos, yo tampoco.

En Barcelona estoy alojado en un edificio de Óscar Tusquets, prefiero sus novelas aunque no he leído ninguna. Sus títulos son más ambiguos.

En la exposición del CCCB veo fichas policiales del tardofranquismo, algunas por delitos como blasfemias, homosexualidad o adulterio. Me alegra que Clemente no haya aceptado las presiones de Teherán.

En el Caixaforum veo otras dos exposiciones, la primera sobre los etruscos que me dejan frío como un anochecer junto a la playa. Quede tan lejos cuando estudiaba en la Universidad las diferentes culturas de la antigüedad. La segunda es sobre Chaplin. La gente anónima se ríe con una escena descartada de Luces de la ciudad. Resulta divertido el lenguaje inventado con el que Charlot hace pública su voz diez años depués de la irrupción del cine sonoro en Tiempos Modernos. El personaje se ve obligado a cantar una canción para mantener su trabajo. Chaplin también tuvo una última actuación muda, con su voz se extirpa la inocencia del audiovisual y de gran parte edl Siglo XX. Me gusta como Chaplin termina muchas de sus películas, caminando solo hacia el horizonte. La cámara es testigo de como se aleja. Vemos su espalda, su bombín y su bastón haciéndose cada vez más pequeños.

Mañana cojo el AVE (98 minutos hasta Zaragoza). Desde la estación también se verán los vagones hacerse más pequeños hasta que desaparezcan por completo. Yo no viajo solo, ni el sol de los Monegros es en Blanco y Negro

#La imagen corresponde a Chaplin jugando al Ajedrez con Douglas Fairbanks durante un descanso del rodaje de La Marca del Zorro

KITAJ DE QUITA Y PON

KITAJ DE QUITA Y PON
No deja de sorprenderme R.B.Kitaj. Después de descubrir su enigmático Autorretrato en Zaragoza (Selfportrait in Saragossa). Me encuentro que ostenta el Record Guinness de cotización de una obra de arte sobre un Post it. Lo elaboró con motivo del vigésimo aniversario de 3M y en subasta alcanzó la cantidad de 650 Libras Esterlinas. Se inspira en las formas de Rembrandt.

OTRA CASA DE ANTONIO MACHADO

OTRA CASA DE ANTONIO MACHADO

La medicina está haciendo que me interese por la poesía de Machado más que cualquier Consejería de Cultura regional.  Al final de la semana pasada estuve con Silvia en el Congreso de La Sociedad Española de Nutrición. Se celebraba en Segovia. Las mañanas castellanas eran heladoras.  El frío se cuela por las orejas y convierte a los bolsillos en el mejor invento de un abrigo. El turismo de  bufanda tiene recompensa en vinos y sopa espesa. Con el vaho puedo hacer señales de humo a Silvia.

 Antonio Machado se fue de Soria a Baeza y de Baeza a Segovia (Frío-Calor-Frío). En Segovia vivía en la pensión de Luisa Torrego en la calle de los Desamparados, convertida hoy en la Casa-Museo de Antonio Machado. Las visitas son muy curiosas. Se contratan en una Librería de Viejo que se haya en un jardín junto a la entrada a la casa. El propio librero muestra las habitaciones del profesor de francés con ternura. Su faceta de dramaturgo, que es la que potenció en Segovia le intereresa menos. En la librería tenían la Primera Edición española de La cerilla Sueca de Chejov. Unas señoras participaban en un concurso de descubrir pistas por toda Segovia. Una pista  se encontraba en la inscripción del busto que esculpió Barral como homenaje al poeta . El librero podía haber participado en el concurso. Sabe muchas de las respuestas, más de las que tienen las dos señoras. Machado  pasaba mucho frío en la casa. Se compró una estufa que todavía se conserva en su habitación, que parece que esté siendo todavía habitada. Unamuno fue a visitarle varias veces y no se despegaba de la estufa.

Mi entrada del Museo tiene el número 7676. Reproduce un texto de Pilar de Valderrama en su libro de memorias Si, soy Guiomar. Al salir de la casa alzo la vista y veo una silueta de cartón de Antonio Machado asomarse a la ventana. Un fantasma como los de las películas produciendo vaho y escribiendo poemas en los cristales. No sabe a quien dedicárselos a Leonor o a Guiomar.

#La imagen representa a Antonio Machado escribiendo poemas de amor en los cristales de la ventana

HAIKUS SORIANOS

HAIKUS SORIANOS

Me despierto en un Hotel de Soria. Silvia se ha bajado a sus charlas y tengo toda la mañana soleada para pasear por la ciudad. Me compro el Heraldo en una calle peatonal. Lo tienen detrás de los ejemplares del Diario Alba. Hay veces que los quiosqueros saben hacer unas metáforas difíciles de superar. De todo el periódico sólo me interesa una noticia, se ha muerto una de las dos supervivientes del Titanic. Ahora si que se va a hundir para siempre. Me meto en un bar que se encuentra donde Antonio Machado conoció a Leonor. El edificio de 1908 que albergaba la pensión de los padres de Leonor, en la esquina de la Calle Teatinos, ha desaparecido. Hoy se levanta una casa moderna que en sus bajos comerciales tiene un bar que se llama Tito. Me sorprende que lo regenten chinos modernos. si alguien se enamora de los hijos de los dueños realizará Haikus sorianos. Me pido un cortado, la camarera  risueña y simpática intenta que lo acompañe con una tortilla de champiñones "muy rica". Declino la oferta y me pongo a leer varias páginas del excitante libro de Aloma. Entra un señor mayor con la  movilidad reducida que necesita un tacataca para desplazarse, tampoco le apetece la tortilla de champiñones.

La mañana ha adquirido un marcado tono oriental. Las hojas otoñales me hacen pensar en Japón. Recuerdo que ayer por la noche Silvia llevaba una camisa japonesa y salgo a caminar

Caminante no hay camino, se hace camino al... pensar

#La imagen corresponde a la antigua pensión de los padres de Leonor. Calle Estudios, 7 esquina con la Calle Teatinos. Soria

LA FIRMA DE PAUL AUSTER

LA FIRMA DE PAUL AUSTER
Aprovechando la debilidad del dólar he comprado por internet dos primeras ediciones americanas de Paul Auster firmadas por el propio autor. A la firma  de  Auster le ha pasado lo mismo que asu prosa, ha perdido identidad y frescura. Tengo en mi casa la prueba física de que los años no pasan en balde para nadie en esta vida. La firma del Leviathan en negroes más elegante y llena de confianza. Su "t" parece desafiar a los lectores. El autógrafo de Travels in the scriptorium es tan emarañado como su novela. Quizá se pueda leer un libro  tan sólo con la dedicatoria.

EL CATEDRÁTICO QUE DORMÍA EN UNA CARAVANA

EL CATEDRÁTICO QUE DORMÍA EN UNA CARAVANA

Nadie optimiza tan bien el espacio de los restaurantes como los franceses. La cacapacidad de acumular sillas y mesas en superficies reducidas es todo un arte que parece desafiar las leyes de la logística. Al principio me disgustaba este horror vacui, lo consideraba una invasión de la intimidad. Me molestaba el ruido de las cucharas soperas, las risas subidas de tono o los comentarios sobre los postres. Sin embargo he aprendido a valorar el encanto de las distancias cortas con desconocidos, sobre todo si son buenos conversadores. Me pasó en Nueva York donde comiendo en el Pastis conocí al productor de las películas de Parchís y me ha vuelto a pasar esta semana en París.

Julio Ferrer es la persona que conozco que mejor se desenvuelve por París. Pocos días antes de marcharme me dio unas recomendaciones gastronómicas, entre ellas se encontraba el Chartier. Un restaurante cercano a los grandes bulevares proyectados por Haussmann y que guardan el ambiente del París de los años treinta. El salón estaba lleno a rebosar como aparece en una escena de Largo domingo de Noviazgo. El despliegue de mesas domina toda la superficie del restaurante, todos los recovecos aprovechables. Además las mesas son de cuatro comensales con lo que nos sentaron a Silvia y a mí con una pareja que rondaba los cincuenta, a la que saludamos en francés y les deseamos una buena comida. Nos pusimos a lo nuestro, a decidir qué comer y qué beber. La pareja nos escuchó hablar en español y nos preguntó con acento estadounidense de dónde éramos. Comenzó una conversación fluida entre los cuatro. Resultó ser un matrimonio encantador que vivía al norte del Estado de California. Ambos trabajaban en el mundo del derecho ambiental, sobre todo en temas de agua. Ella era abogada de una ONG y él era Catedrático de Derecho de la Universidad del Pacífico. Hablaban español perfectamente, casi mejor que nosotros, habían estado viviendo un año en Oaxaca. Eran una pareja atípica, vivían en la parte montañosa de California, Nos enseñaron unas fotos, almacenadas en la memoria de una PDA, en las que la nieve cubría la entrada de su casa, de su casa principal. Cuando se habla de California uno se imagina playas vigiladas y chicas rubias patinando con protectores. Él daba sus clases a trescientos y pico kilómetros,en Sacramento ,y durante su período lectivo vivía en una caravana. No me imagino a ningún catedrático de Derecho de la Universidad de Zaragoza durmiendo en una caravana estacionada en un jardín, con la exigüidad de una casa rodante en la que no deben caber ni tres tomos del Aranzadi . Me gustaba la forma que tenían de ver la vida. Se empeñaron en invitarnos a comer. Aceptamos con la condición de devolverles la invitación otra noche. Quedamos con ellos dos días más tarde bajo la Noria de la Place Concorde, nos recordaba vagamente a Tu y yo (An affair to remenber) , así que miramos al cruzar.

Decidimos ir a comer Soufflés. No hay demasiados restaurantes que lo incluyan en su carta. Es un plato decadente que tiene el encanto de lo que se pasó de moda. Un soufflé es como las estatuas de los regímenes derrocados, se vienen abajo con poco esfuerzo. Si más americanos fuesen como ellos y más catedráticos de aquí viviesen en caravanas, nos reiríamos más y comeríamos más soufflés

#La imagen corresponde a un cuadro de pintado por Paul Lauritz en 1920, que se parece mucho a la vista que tenían desde su casa en California

LO QUE PUEDE CAMBIAR LA VIDA EN TRES SEGUNDOS

El lunes por la tarde quedé con unos amigos para jugar al baloncesto en el Centro Deportivo Municipal La Granja. Alquilamos las pistas exteriores, nunca hemos sido unos aristócratas de pabellón. Somos los únicos que debemos alquilarlas. Hay una sola cancha y siempre la hemos tenido libre. Se puede decir que es como si fuese nuestra. Incluso hace un año protestamos por la falta de protecciones en los pies de la canasta. Llegaron a forrarla de una lona protectora que sirvió de poco. Cada vez acudimos un menos número de jugadores, no por falta de ganas, sino por lesiones. Queremos demostrarnos que no estamos tan mayores como aparentamos, luego pasa lo que pasa, y eso que calentamos. Tras acabar uno de los peores partidos que hemos jugado en mucho tiempo, se puede jugar mal sin necesidad de utilizar el rombo, nos tomamos unas cervezas. Somos de la vieja escuela, de la que no cree en los efectos beneficiosos del Aqyuarius. Hablamos de la final de las Olimpiadas de Munich en 1972. Ninguno de nosotros había nacido, Yo tenía menos tres años, pero la considerábamos como el final y la final más espectacular de la Historia del Baloncesto.

Lo políticamente correcto especifica que el deporte y la política no deberían juntarse nunca y quizá sea así, pero cuando se mezclan es fascinante. A quién no le hubiese gistado jugar en el equipo de los aliados en Evasión o victoria . Un ejemplo que es todavía más cinematográfico que la película de John Huston es la final de Baloncesto de Munich 72, aunque este es real. Relataría lo ocurrido pero mejor voy a reproducir las palabras de Edwin Kako Vázquez que tiene un fascinate blog titulado El Historiador deportivo.

Munich 72 será siempre bien recordada por el escándalo que se escenificó en la gran final de baloncesto entre los Estados Unidos y la Unión Soviética. Era una sorpresa que los soviéticos dominaran el marcador durante todo el encuentro, por 6 puntos en la primera parte (21-26) y por 8 cuando faltaban más de 6 minutos para terminar el encuentro. Uffff, entonces vino la reacción de los estadounidenses que pusieron en la delantera por primera vez en el marcador faltando 3 segundos de juego. Doug Collins interceptó un pase del gigante Aleksandar Belov y recibió falta de Sakandelidze colando los dos tantos para irse Estados Unidos (50-49).

Los soviéticos pusieron el balón en juego, pero éste se detuvo dos segundos después, hay que recordar que sólo quedaba ya un segundo y a instancias del dirigente de la URSS Vladimir Kondrashin, quien reclamaba que había solicitado un tiempo muerto tras el primer tiro libre de Collins y no después del segundo, que fue cuando sonó la bocina, cuando ya no podía hacerlo.

Tanto los árbitros, el brasileño Righetto y el búlgaro Arabadjan, como el comisario de mesa, el francés Chopard, eran de opinión de que sólo debía jugarse un segundo. Efectivamente, sacaron los soviéticos, se perdió el balón fuera de la banda y los estadounidenses, al oir la bocina que ellos creían que era la del final del partido cuando en realidad estaba advirtiendo que el juego se había detenido, empezaron a celebrar su nueva conquista de la medalla de oro. Pero estaban en un error, un error histórico.

El británico William R. Jones que era secretario general de la FIBA, donde mandaba con brazo de hierro, acudió hasta la mesa para intervenir personalmente y ordenar la repetición de los tres últimos segundos. Mientras Hank Iba, dirigente estadounidense y todos los jugadores seguían convencidos de que la victoria era suya por que los soviéticos no tenían tiempo de modificar el marcador.

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Kondrashin trajo a juego a Iván Edeshko, gran pasador, con la consigna de que al reanudarse el partido lanzara un pase largo hacia su compañero Aleksandar Belov, que se situó a unos cuantos metros de la canasta americana. Edeshko sacó fuerte el balón directamente a Belov, quien tuvo tiempo de recibir la pelota en el aire, picarla en el piso y, tras eludir el intento defensivo de los únicos jugadores estadounidenses que intentaron reaccionar, Forbes y Joyce, la dejó cómodamente en el aro.

Era el 50 y 51 que sellaba la primera derrota olímpica del baloncesto estadounidense. Los americanos preeentaron una protesta oficial y para colmo de males, a Hank Iba le robaron 370 dólares del bolsillo mientras la firmaba. El partido había comenzado a las doce menos cuarto de la noche para que los Estados Unidos pudieran ver el juego por sus televisores.

El comité de apelación rechazó la protesta estadounidense y dijo que el resultado era válido. De los cinco componentes votaron a favor de Estados Unidos, un italiano, un puertorriqueño, en contra, un polaco, un cubano y el presidente del comité hungaro Sepp. El hecho de que los tres votos que dieron por buena la victoria soviética fueran los otros tantos ciudadanos del bloque comunista contribuyó exacerbar los entimientos nacionales tanto de los aficionados como de los miembros del equipo de Estados Unidos.

Para colomo los integrantes del combinado estadounidense decidieron no presentarse a la ceremonia de entrega de medallas y no recoger la de plata que les correspondía. También amenazaron con no volver a jugar un torneo olímpico, cosa que no se ha cumplido y sus medallas de plata se encuentran en una caja fuerte de un banco de Lausana esperando que pasen a recogerla

 

REGRESO

REGRESO

El camino de regreso no es igual que el de partida. El jet lag tendría que estar prohibido, no pude engañar a mi organismo ni con los relojes de imitación que  se atrasaban. Lo que más me ha sorprendido del viaje a Oriente ha sido que no hubiese oído hablar en mi vida de la ciudad más poblada del planeta. Chongqing (fonéticamente chonchín) tiene 31 millones de habitantes según las fuentes oficiales chinas. Vivimos en una sociedad urbana que adora los superlativos y sin embargo Chonquing se oculta bajo la bruma de las tres gargantas para gran parte del mundo no oriental. Chongqing es cincuenta y pico veces Zaragoza y tiene pocas bicicletas por que su geografía tiene muchas cuestas. Nuestras ciudades son pueblos si los comparamos con las megalópolis asiáticas. Pasear por el Bund de Shanghai, por el Paseo de las estrellas de Hong kong o por Kabuki-cho en Tokio   es pasear por Blade Runner con replicantes de ojos rasgados. Hace años, cuando era profesor de español en el CODEF tenía un alumno chino, Li Yin, que decía que Zaragoza era una ciudad pequeña. Tenía razón, yo no le hacía caso. Sabía que Zaragoza era pequeña si se la comparaba con Londres, con París o con Barcelona; pero es que eran capitales mundiales. En China cualquier ciudad desconocida tiene siete millones de habitantes. Las dimensiones sobrecogen para aquellos que medimos las longitudes de las calles en relación con Independencia y pensamos que Valdespartera está lejos del centro. Fascina ver un edificio de setenta plantas de norman Foster a quince metros de un puesto callejero de peces de nombres impronunciables. Qué distintos somos

#La imagen corresponde a los edificios del Barrio de Pu Dong en Shanghai, ciudad que se convertirá en la capital mundial del Siglo XXI

EL PAQUETE DE 6,65 LB

EL PAQUETE DE 6,65 LB

Hace más de un mes encargué unos libros a Strand, la librería neoyorquina del 828 de Broadway, pensaba que no iban a llegar.  Cuando realicé el pedido por la Cincomarzada tuve varios problemas con el formulario que debía cumplimentar. Seguí paso a paso todas las indicaciones que aparecían enla pantalla del ordenador. Rellené todas las casillas de mis datos personales y los relativos al modo de pago. Todo parecía correcto, así que apreté por última vez a "OK" para validar la operación. Entonces apareció un mensaje confirmación en el que mis datos eran Jesús Cuartero, Saragossa. No aparecía la calle en la que vivo, ni el código postal, ni tan siquiera el país al que pertenece Saragossa. Con la de Saragossas que hay por ahí. Hace poco leí que en Filipinas han encontrado casi veinte. Intenté modificar mmis datos y lo único que conseguí fue añadir mi código postal. Tuve que mandar un par de e-mails al servicio de clientes, que fueron rechazados. Un par de días después, cuando no sabía si había salido el pedido, me contestaron que ya habían recibido mi nueva dirección.

Treintaytantos días después he recibido el paquete. Pensaba que no iba a llegar y me fastidiaba, no sólo por tirar a la basura mis euros convertidos en dólares, sino porque se perdían primeras ediciones que no sabía si iba a poder reencontrar. Me aterraba pensar que se quedase el paquete en una oficina postal, iluminada por la luz anémica de un fluorescente, mientras acumulaba polvo y el olor de la cara de la parte adhesiva de los sellos.

Comprar tres libros es fácil, pero adquirir ediciones curiosas en Zaragoza es complicado. La primera edición de The rug merchant (El mercader de alfombras) de Philip Lopate es un libro precioso. Publicado por Viking en 1987 muestra bajo la sobre cubierta el relieve de una de las alfombras que vende Cyrus Irani en su tienda anacrónica. El lomo color marfil deja ver que los buenos libros libros se disfrutan dejando la sobrecubierta en otro sitio.

Por otro lado me ha sorprendido que la primera edición de "The Brooklyn Follies" de Auster se trate de un ARC. Un ARC (Advance Reading Copy) es lo que se manda en EEUU a las tiendas, bibliotecas, , etc... antes de la publicación definitiva del libro para ver si lo quieren adquirir. Se hace sobretodo con los libros polémicos que pueden generar cierta controversia. A nosotros nos puede parecer tan normal (y tan sano) criticar a la administración Bush, pero allí es otra cosa. Recibir un ARC me ha sorprendido por el detalle que se trata de libros cuya venta está prohibida. Me gusta que haya americanos que no sean tan legales como los protagonistas de las películas.

Esta mañana he llegado a mi oficina de Correos más chulo que un ocho. Al mostrar la notificación de entrega me han dado un paquetón enorme que pesaba 6,65 libras. Era el más grande de los que descansaban sobre las estanterías metálicas que pierden el gris día tras día. Para que luego digan que el saber no ocupa lugar